XXXII "CEOs"

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Lucía POV

El despertador sonó cerca de las 5:30, camine al baño tratando de no hacer ruido, no quería despertar a los cachorros y a Valentina, me saqué todo el sueño restante de los ojos, salí a cambiarme con ropa deportiva, no sin antes dejarle a Val el desayuno preparado, el primer día a cargo de una empresa multinacional seguramente no seria fácil y le quería sacar unos trabajos de encima.

Corrí por una hora por las calles semi vacias de la ciudad, pasé por la playa y logre divisar el amanecer tan fantástico que esta parte del mundo tenía para ofrecerme. Me senté en la arena a ver el mar, tratando de despejar mi mente de todo lo que había pasado en estas semanas, me pregunté mentalmente que fue lo mejor de estos primeros días, y al instante el beso de Valentina se presentó en mis pensamientos, sin dudas una de las mejores navidades de mi joven vida. Cerré los ojos recordando el preciso momento en el que sus labios acariciaron los míos, la brisa salina dio de lleno en mi cara sacandome de mi ensimismamiento, si no volvía ahora llegaríamos tarde a la empresa y además no quería preocupar a la gallega.

Vale POV

Desperté sintiendo las lamidas de Hades en mi nariz, estire mis brazos de forma cansada observando la habitación, me detuve viendo un zapato, no se que le encontré de interesante pero estuve observándolo por veinte minutos, con un empane mental de los mil demonios.

Salí de la cama para darme una ducha caliente, al volver observe sobre la mesa varias tostadas y una taza de café de la cual salían hilillos de humo. Sonreí como boba al darme cuenta de que obviamente la Argentina era la responsable de tal acto, me senté a deglutir la comida, pero sentí un escalofrío en la espalda ¿Donde estaba Lucía?, al instante empecé a buscarla, no estaba en el Baño, ni en el pasillo, y ya empezaba a alarmarme, me senté en el sofá ya completamente cambiada a esperarla, nunca pensé en mandarle un mensaje o algo, no quería que se preocupara estúpidamente por mi.

Sentí la puerta y me relaje al notar a la rubia entrando por ella.

--Ey Val, buen día, ¿todo bien?-- pregunto sonriendo sacando sus audífonos.

Asenti sonriendo... y bueno, era inevitable no bajar a admirar su cuerpo, era obvio que había salido a hacer ejercicio, su cabello estaba atado en una cola de caballo que se le veía sexy, muy sexy, traía una blusa deportiva que dejaba ver sus tonificados brazos y resaltaba su ¿abdomen casi esculpido?, joder, si hasta estaba marcado, hoy era una mañana bastante cálida para la época del año en la que estábamos, descendi un poco más por su figura divisando unos shorts semi ajustados sobre su trasero, traté de apartar la mirada subiendo otra vez a sus ojos, pero observe como una gota de sudor pasaba desde su cuello a la clavícula y se escondía entre el valle de sus pechos, suspire sintiendo un cosquilleo en mi espina dorsal y una sensación en la entrepierna, trague en seco, jamás había detallado tanto el cuerpo de una mujer, pero Lucía definitivamente era una excepción a todas mis reglas y creencias. Sentí como me quemaba el rostro al darme cuenta de lo que había hecho, la había observado sin pudor alguno, y aún peor, sin su consentimiento.

--Vale ¿estas bien?, tenes la cara roja, ¿te duele algo?-- pregunto con el ceño fruncido en preocupación. Gracias al cielo no se percato de nada.

--N-no, nada, ¿qu-que escuchas?.

--Bueno...-- contesto con duda-- Cuarteto de Nos, una banda de rock Uruguaya.--termino sonriendo para luego dirigirse al baño.

Cuando salió ya estaba completamente cambiada, salimos del departamento y nos topamos a Lidia y Carlota en el pasillo.

Ambas rubias se adelantaron, dando paso a que Lidia pudiera susurrarme algo.

--Tu puedes Vale, paso firme, espalda recta y mirada al frente, que no se note que no tenemos ni puta idea de lo que vamos a hacer...

Solté una risita divertida, mi amiga lograba sacarme una sonrisa en cualquier mal momento.

Vale, hora de enfrentar lo que nos espera, primer día como CEOs de Aragón, todo puede pasar.

Lucía POV

--Buen día señoritas, estoy al tanto de lo que sucedió con el señor Villanueva, soy Ingrid, su secretaria, y estoy a completa disposición de ustedes cuatro...-- la pequeña mujer Rubia nos citó en la oficina de Bruno para ponernos al dia-- las actividades que hay que realizar las próximas semanas son, tres juntas de negocios sobre las empresas que hay en Estados Unidos, Alemania e Italia, vendrán los gerentes de esas empresas, por lo tanto tendremos que buscar también un traductor que hable los tres idiomas, necesitamos que vallan a unos eventos caritativos en el centro de la ciudad, también tienen que ir una semana a México para arreglar algunos percances que tenemos de la empresa que haya esta, hacer las cuentas de los gastos mensuales y anuales para compararlas entre sí y ver que le podemos sacar de provecho a esas comparaciones, y por ultimo, supervisar la construcción de la nueva empresa que se está haciendo en... ¡Ah! Aquí está, Argentina.

Al instante se escucho un portazo y Valentina no estaba más en la oficina, Lidia, Carlota y yo nos miramos alarmadas, les hice una seña para que se quedaran escuchando a Ingrid mientras yo buscaba a Val.

Trote por el corredor buscándola, llegue a la sala central, pero no estaba, una idea se me cruzó por la cabeza y subí hasta el último piso, a la azotea.

Vale estaba en cuclillas, intentando respirar, tenía un ataque de pánico, estaba segura de eso, me arrodille junto a ella para poder ayudarla.

--Val... Valu... tranquila, todo se va a solucionar, no te estreses ahora... acordate que lo haces por Bruno... estamos nosotras a tu lado, no te vamos a dejar sola... mírame Val...-- sus ojos conectaron con los míos y vi miedo en ellos, tenía la misma mirada que el día de su pesadilla.-- Respira hondo por la nariz y solta por la boca, ¿si?.-- traté de calmarla siguiendo los consejos de mi mamá, yo también pasaba por ataques de pánico en mi infancia, y ella siempre estaba para calmarme.-- No te preocupes, yo puedo traducir los idiomas en las juntas que tenemos... podemos ir las dos a un evento caritativo y que Lid y Ota vallan al otro... lo de Mexico lo podemos tomar como unas vacaciones... a las estadísticas las puede hacer alguien que contratemos... y lo de la empresa en Argentina también lo podemos hacer juntas... y voy a decírtelo las veces que sean necesarias, yo nunca te voy a dejar sola...-- la abracé por los hombros sintiendo como le costaba volver a normalizar la respiración, hipaba casi de forma histérica, podía sentir el miedo que tenía y no quería que se sintiera así.

-- N-no es es-eso, bueno, en pa-rte si, p-pero siento que n-no seré su-suficiente-- hablo de forma entrecortada apoyando su cabeza en mi pecho-- s-si mis pa-padres estuviesen a-aqui y me vies-viesen así m-me matarían.-- corto hipando, terminando de normalizar su respiración.

Rodee sus hombros meciendola suavemente, unos segundo después, Carlota y Lidia aparecieron en el ascensor alteradas, les volví a señalar que todo estaba bien, asintieron inseguras y bajaron a las oficinas.

--Vamos, hay que empezar a trabajar-- hablo la Gallega separándose de mis brazos.

--Si, si tenes razón.

Las dos caminamos hasta donde estaban Lidia y Carlota, ambas nos miraron sin decir nada para luego empezar a trabajar, esto no sería nada fácil para Valentina, esto no sería nada fácil para ninguna.

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