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- Señorita, por favor deje lo que esté haciendo. Necesito hablar con usted.- Anunció a través del altavoz mi jefe.
- Si Señor Payne, ¿En su despacho?.- Pregunto insegura.
- No es necesario, en un momento estoy con usted.- Respondió antes de que un sonido metálico cortará la comunicación.
No paso ni un minuto cuando se abrió la puerta situada a la derecha de mi escritorio, y el Señor Payne salió de ella terminado de abrocharse los botones del saco de su traje negro impecable. Su presencia siempre imponía respeto, incapaz de soltar una sonrisa.
Se paró junto al escritorio mirándome seriamente, mi nerviosismo provocaba que clavara la punta de los tacones en la lujosa alfombra. ¿Que había olvidado está vez? ¿Habré vuelto a meter la pata en balances?
En los seis meses que llevaba trabajando en la empresa, siempre había cumplido con todos los deberes, con uno que otro error pero lo siempre lo había podido solucionar. Liam me miraba atento levantando una ceja sutilmente. Baje la cabeza casi por inercia sacudiendo el inexistente polvo que pudiera tener mi falda, fue ahí cuando me di cuenta de los primeros botones abiertos de mi blusa.
Tras carraspear comenzó a hablar.
- Usted sabe que en el tiempo que lleva con nosotros no he tenido ninguna queja de su trabajo. Sin embargo le hago saber que tengo total acceso al historial de búsquedas de internet.
Simplemente asentí nerviosa sin comprender a dónde quería llegar con esa conversación.
- Me sorprende, pese a su edad la consideraba una mujer madura...
- No entiendo a que se refiere.- Me atrevo a interrumpir
- Estoy enterado que usted utiliza este despacho y medios de la empresa para intereses particulares relacionado con negocios que no deseo conocer.
- Señor y-
- ¿Fue capaz de hacer algo tan estúpido señorita?.- Preguntó negando con la cabeza.
Intenté calmarme respirando profundamente. Aún estaba a tiempo de negarlo todo. Casi grito al recordar que tenía abierta la pestaña del Live en el ordenador por suerte minimizado. Estire la mano lentamente intentando cerrarla, Liam me tomo por la muñeca impidiéndome cerrar el navegador, en lugar de eso amplio la ventana.
- ¿Nunca te tomas un descanso?.- Me enfrentó extrañamente risueño.
La imagen era clara; un brazo trajeado cruzándose frente a mi blusa azul. Comprendiendo rápidamente que era la imagen viva de nosotros dos. Miles de mensajes llegando al chat.
- ¿Cuánta gente ha escuchando esto?
No me quedo más remedio que mirar el número de espectadores que estaban en el vídeo chat y contestar: 8431-.
- ¿Y que se supone que tengo que hacer yo ahora con todas esas personas que saben que te ries de mi empresa?.- Volvió a preguntar Liam.- Estás despedida.
- No, por favor..
Con la cara más roja que un tomate me acerqué tomando sutilmente su mano. El observaba serio como mis labios se abrían ligeramente, y guiaba su mano a mis pechos aún cubiertos.
- Veo que eres muy competente también en tu otro trabajó.
Ya no tenía que guiarlo, sus manos se movían solas sobre mis pechos, ajeno a qué la cámara seguía encendida.
Sin pena Liam comenzó a soltar los botones restantes de mi blusa dejándola caer suavemente por mis hombros. Cerré mis ojos al sentir sus dedos buscando el broche del sostén. Tomo duramente mis pechos jalando mis pezones.
Gire mínimamente la silla, echando un vistazo al ordenador, el live ya casi alcazaba los 9mil espectadores. Me deje caer de rodillas acariciando las piernas de mi jefe.
- Déjame convencerte.
Liam no respondió simplemente desabrochó su cinturón manobriando para sacar su erección sin retirar el pantalón. Finalmente la veía, era grande, venosa y estaba terriblemente duro.
Sin pensarlo agache la cabeza apoyando mis labios en el glande, comenzamos a tragar poco a poco. Mi cabeza subía y bajaba frenéticamente haciendo un desastre de saliva, tomando pausas para besar su marcado abdomen, Liam me tomo del cabello poniéndome de pie.
Se sentó en mi silla conmigo en su regazo, de espaldas a el, de frente a la pantalla. Acariciaba mis pechos mientras metía una de sus manos en mi falda jalando de un tirón hasta la cintura. Sobado mi clítoris sobre la fina tela de encaje que cubría mi centró, abrí más las piernas recargando los tacones en el escritorio.
Liam hizo a un lado mi ropa interior acariciando mi entrada antes de penetrarme con dos dedos. Sus dedos se movían sin descanso, me cuesta contenerme moviendome en círculos sobre su erección.
- Más rápido.- Gemi entre suspiros.
Las manos de Liam levantándome me toman por sorpresa, me voltea está vez quedando de frente. Me beso con posesión tomándome del cuello acercando más nuestros rostros.
Deja un beso casto antes de bajar a mi cuello y continuar su recorrido hasta mis pechos, jalando sutilmente mis pezones con los dientes. Eche la cabeza hacia atrás moviendome más sobre su erección tomándola con mi mano acomodándola en mi entrada, Liam se mueve penetrandome de una.
- Es muy grande.- Gemi con la garganta seca.
Liam tomo un ritmo constante cerrando los ojos por el placer. Lo montaba sin vergüenza, apretando mis pechos conforme las embestidas se volvían más duras.
- Me voy a venir.- Gime Liam.
- Quiero probarte.- Conteste levantándome de su regazo.
Me acomodo de rodillas entre sus piernas observando como se masturba con fuerza, los pequeños gemidos que suelta terminan por mojarme. Liam me tomo por el cabello acercando mi boca a su miembro mientras se corre.
- Sabes bien.- Susurré cuando el bajo la cabeza para besarme.
