C a p i t u l o 1

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C a p i t u l o

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~Narra Andrómeda~

"Bello es el amanecer que bajo mi mirada sucede, tan pacífico y tan colorido, podría apreciarlo todos los días de mi vida, y aun así no podría disfrutarlo lo suficiente"

Un nuevo día es una nueva aventura, una nueva oportunidad de superar las pruebas que nos sortea la vida, una nueva rama del destino que se puede romper en cualquier momento obligándonos a actuar de manera rápida y sin pensarlo mucho. Pero también esa rama se puede quedar bien quietita sin ocasionar problema alguno, volviendo la vida algo monótona y aburrida. El día de hoy empezó muy bien, con un amanecer inolvidable, el cielo se tiñó de hermosos tonos anaranjados, amarillos, rosados, rojos y violáceos, sin duda un amanecer digno de un día importante.

-Madre, ¿Has visto el maravilloso amanecer del día de hoy?- una sonrisa se dibujó en mi rostro al recordar el fantástico evento de la mañana, sin duda parecía pintado o sacado de un relato épico.

-Claro hija, esta mañana con tu padre tuvimos una reunión con el consejo a una hora muy temprana, y has de creerme cuando digo que poca atención le preste al duque Valley. Fue hermoso, haría lo que sea para volverlo a ver, sin dudas todo aquel que lo haya visto se ha quedado más que asombrado.

Para ponerlos en contexto más o menos con lo que aquí sucede les voy a contar. Mi nombre es Andrómeda, o si prefieres los títulos, princesa Andrómeda Gennaíos heredera legítima de Edenvane, hija del rey Christopher y reina Cosette II. ¿No les parece muy extenso?, porque a mi si, se me hace tedioso escuchar o recitar un título tan grande cada vez que me presento en algún lugar.

-Andrómeda querida, ve a desayunar y luego prepárate para tus clases del día de hoy por favor

-Con mucho gusto madre mía, me despido y le deseo un hermoso y fructífero día- sonrío, mi madre sabe que uso palabras y frases largas, pero generalmente vacías cuando algo me genera molestia-

-Oh muchas gracias joven princesa, espero que mi petición no le haya generado algún tipo de inconveniente- burla, es lo que describe mejor a esa frase, burla y solo burla, mi madre jamás de los jamases diría algo así en serio, además, su tono lo dice todo-.

Di un ligero asentimiento con la cabeza para expresar mi aceptación ante la respuesta, luego me di vuelta y me dirigí hacia mi próximo destino, el comedor del castillo. Hoy me tocaban clases de historia, tiro con arco, combate cuerpo a cuerpo y con espadas. Puede ser que se les haga algo extremadamente extraño el hecho de que yo al ser mujer me esté desempeñando en el arte del combate, pero permítanme explicarles la situación. Yo no deseo ser una princesa de adorno, súper delicada e inútil para mi reino, porque a su vez, también en algún momento me convertiría en una reina de adorno y una inútil, mi reino merece una reina valiente, inteligente, que sepa defenderlos en cualquier ámbito posible, por lo que a mis doce años le expresé esa idea a mi padre, él se quedó encantado y me puso como mentor a uno de sus valientes y hábiles caballeros, y si tenía suerte me entrenaba él algunas veces. Desde entonces soy como un hombre en el campo de batalla, mi puntería con el arco es prácticamente perfecta, y con la espada también soy bastante hábil. Actualmente tengo diecisiete años, por lo que llevo cinco años de formación bélica.

Voy caminando por los pasillos del inmenso palacio, mirando los adornos de las paredes, dirigí mi vista y vi un soporte para antorcha.

-No Andrómeda, no lo harás, definitivamente no, es algo completamente ridículo, ¿Qué pensaría tu pueblo si lo hicieras?, te considerarán una demente, pero, por otro lado...

Infraterra: Los Tres Mundos (pausada por el momento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora