Infraterra: Los Tres Mundos (pausada por el momento)

C a p i t u l o 5

C a p i t u l o

5

"El reencuentro era maravilloso y lamentablemente la despedida desgarrante"

~Narra Dorian~

Andrómeda querida... ¿Cómos rayos quieres que abandone mi hogar para ir en una búsqueda que ni siquiera me incumbe? ¡No es natural! No puedo abandonar mis obligaciones, en dentro de dos años será mi coronación y debo aprender mucho sobre como gobernar, no puedo dejar mi patria por vaya uno a saber cuánto tiempo y sobre todas las cosas, no puedo dejar a mi esposa aquí, sé que se pondrá furiosa, armará un berrinche gigante, gritará y golpeará a todo lo que se le cruce, ¡Es terrible! Nadie aguanta a esa mujer, no comprendo cómo es que me convencieron de casarme con ella, y sobre todo después de lo ocurrido en el baile posterior al fallecimiento de mi abuela. Trataré de decírselo lo más directamente posible, en cuanto a lo otro... tendrá que esperar, si bien es importante, uno de los valores con los que me formaron es el compromiso, y yo me comprometí a hacer lo que Andrómeda me pida a cambio de su favor. Será difícil pero luego podre aprender todo lo que necesito en un plazo de tiempo más corto. Como sea, ahora debo hablar sobre esto con mis padres. Doy media vuelta y en lugar de ir hacia mi habitación como anteriormente estaba haciendo, retomo la caminata con dirección a la sala del trono nuevamente. Camino por varios pasillos mientras pienso un argumento convincente, si bien es un favor que debo no creo que me autoricen a irme así de la nada. Podría agregar al discurso que es un trabajo de campo, que estoy conociendo mi reino y el vecino para que legado el caso de una guerra se nos haga más fácil movernos. No es mala idea, de hecho es una bastante buena, tiene una base sólida y no creo que me vayan a negar eso. Al llegar a la tan nombrada sala toco la puerta.

-¡Adelante!- me estremezco un poco, a veces olvido lo estridente que es la voz de mi padre, desde niño la compare con el rugido de un oso, fuerte y atemorizante, que impone autoridad. Entro al recinto-.

-Padre, madre- me reverencio ante ellos- nuevamente nos encontramos pero esta vez necesito comentarles acerca de un asunto que acaba de surgir y que debo resolver.

-Hijo, Dorian querido ¿De qué asunto hablas?- mi madre, tan bondadosa y lanzando amabilidad al aire, todo lo contrario de mi padre, que es hosco y con movimientos cortantes-

-Resulta que esto debe quedar en confidencialidad total solo ustedes y yo deben saberlo- mi padre mira a los guardias y demás personal-.

-Ya oyeron al príncipe ¡Largo!- puede sonar un poco violento e irrespetuoso pero no lo es, todos en este lugar sabemos que él es así, quizás los empleados más nuevos al principio se asustan, pero eso no dura mucho- ¿Y bien? Cuenta muchacho

-Bien... resulta que Cazadora y Robín Hood son, como se habrán dado cuenta, alias, ella es la princesa Andrómeda Gennaíos y el caballero es justamente eso, un caballero del Rey de Edenvane, ambos llegaron a Ostentland con el fin de obtener la recompensa y comprar caballos, ya que están haciendo una investigación debido a la pronta coronación de ella, a lo que voy es que la Princesa me ha pedido que la acompañe debido a que no suelo ser muy fiable en cuanto a la reserva de secretos y sus identidades deben ser por ahora anónimas. Yo al principio me negué debido a todo lo que debo hacer aquí, pero ella es demasiado inteligente y ante mi negativa hizo un movimiento muy astuto. Andrómeda hace unos años ya me hizo un favor bastante contundente, por lo que yo aún le debo uno, que es el que me está cobrando en estos precisos momentos. Luego de pensarlo unos cuantos minutos llegué a la conclusión de que no me quedaba otra que aceptar, ya que me criaron con el valor del compromiso. Por otro lado es una buena oportunidad para hacer trabajo de campo, ya que tenemos una alianza con el reino del Oeste debería saber cómo son sus tierras ya que ese conocimiento me servirá en caso de una futura guerra.