Staring

2.7K 137 8
                                    

NARRA PERCY


-De verdad lo siento hermano pero ya no podré ir hoy - dice Grover del otro lado de la línea

-No pasa nada, será para la próxima - le respondo.

- Aún así deberías de ir, te hará bien salir

-Supongo que tienes razón, lo pensaré.


La llamada termina,  Grover y yo habíamos planeado salir a un bar del centro para distraernos un poco de las responsabilidades del trabajo pero a último minuto tuvo que cancelar. Considero quedarme en casa pero descarto esa opción, quiero salir y divertirme.

Salgo de mi departamento y comienzo a caminar por la calle, decidí no usar el auto esta vez ya que la noche se ve perfecta para disfrutarla al aire libre. No sé bien qué haré al llegar al bar, tal vez sólo debería emborracharme o conocer personas, no lo sé.

Al llegar al bar me dirijo entre empujones a la barra, hay más gente de la que creí encontrar, algunos conocidos me saludan y se alejan rápidamente a la pista de baile con sus parejas, comienzo a sentirme sólo cuando a lo lejos veo una cabellera rubia bastante conocida, momentos después me doy cuenta que efectivamente es Annabeth, ambos trabajamos en la universidad, ella es profesora de introducción a la Arquitectura y yo el entrenador del equipo de Natación.

Me sorprende encontrarla aquí ya que ella siempre ha sido muy reservada, y comienzo a preguntarme como es posible que se vea tan bien. Vamos, siempre me ha parecido una mujer muy hermosa pero verla fuera de su zona de confort es tan wow; comienzo a preguntarme si debería invitarle un trago pero eso deja de importar cuando la pierdo de vista.

Paso un buen rato pensando en ella, desde que la conocí quedé flechado por su belleza y poco tiempo después me cautivó toda su personalidad, sin embargo, nunca me permitió acercarme mucho a ella y siempre que hablábamos me miraba con sus amenazadores ojos grises como si intentara entrar en mi mente, tiempo después me rendí y nuestra relación a sido sólo laboral; pero aquí sentado comienzo a darme cuenta que realmente jamás dejé de pensar en ella, siempre busqué la forma de verla, en los pasillos, reuniones, eventos e incluso siempre tenía que tratar algún tema importante con algún integrante del equipo de natación y tenía que ir a buscarlo justo en su clase, eso siempre la irrita.

-Hola

Escuchar su voz me sorprende y por un momento pienso que estoy alucinando. Miro a mi lado y ahí está ella.

-Hola - le devuelvo el saludo.

No sé bien como actuar, haber estado pensando en ella todo este rato sólo me hace querer besarla y los tragos que me tomé no ayudan mucho a mi autocontrol.

- Es raro verte por aquí - digo

-Si bueno, Thalia, Clarisse y Silena me convencieron de venir pero al llegar aquí ellas desaparecieron en la pista de baile.

- Ustedes son un grupo de los más raros que he visto, tú eres toda seriedad y obediencia mientras ellas son desastre y rebeldía.

-De una u otra forma nos entendemos.

La plática fluye como nunca lo había hecho antes, en algún momento de la noche nos movemos a los puffs para estar más cómodos, su cercanía me permite oler el aroma de su cabello lo que me hace armarme de valor, además, no tengo nada que perder.

-Oye Annabeth, tengo un secreto que contarte

Ella sólo me mira y con un gesto de la mano me indica que siga

-¿Y si te dijera cuanto te necesito?

Se sorprende al oírme hablar pero contrario a lo que creía no se aleja ni dice nada, sólo desvía la mirada y se sonroja, es entonces cuando entiendo todos los comentarios que me hacían Thalia, Silena y Clarisse después de las reuniones de profesores, y si estoy en lo correcto eso significa que Annabeth también siente algo por mi.

Me quedo mirándola como un tonto y después de un rato me atrevo a volver a hablar

-Sé que tú también me quieres

Eso parece sorprenderla aún más y esta vez me mira directo a los ojos y sé que definitivamente soy correspondido, a pesar del ruido de la gente el ambiente se comenzó a sentir muy tranquilo, estando ambos ahí mirándonos fijamente con las luces iluminándonos ¿cómo podría mirar más allá de ella?, y aún temiendo su reacción termino con la distancia entre los dos y la beso.

Poco a poco ella comienza a corresponderme y me rodea con sus brazos, mi corazón va a mil por hora y me siento nuevamente como un adolescente dando su primer beso.

Cuando nos separamos ninguno de los dos dice nada, no hace falta, sólo nos miramos el uno al otro; nos quedamos abrazados mientras acaricio su rostro y la lleno de besos. La situación es tan extraña que no me detengo a pensarlo mucho y sólo vivo el momento, incluso pienso que esto es sólo un sueño.

Después de un rato vemos a lo lejos a Thalia, Clarisse y Silena quienes nos miran y levantan los pulgares para posteriormente salir del bar riéndose.

- Supongo que ellas sabían que te gusto - le digo

-Por supuesto, son mis amigas y nunca fui muy buena ocultándolo

-¿Qué? pero si siempre parecía que me detestabas

- Exactamente, siempre fuiste muy atento conmigo y cuando comencé a notar que sentía cosas por ti decidí ponerle un alto ya que no creí que yo también te gustara y no quería salir perjudicada.

- Lo importante es que ahora ambos sabemos lo que sentimos

Ella me sonríe y vuelvo a besarla, esta vez apasionadamente.
Cuando se hace más tarde caminamos a mi departamento para poder llevarla al suyo en mi auto pero ya estando ahí decidimos que era una mejor idea que ella se quedara conmigo esa noche.
Y muchas noches más siguieron después de esa.

.................................................................................................................................
Holaaaaaa, espero les haya gustado, me basé principalmente en la canción Staring de Tipling Rock para realizar esta historia, esto lo acabo de escribir hoy porque me di cuenta que hace tiempo que no actualizo cuando prometí que lo haría más seguido, así que perdón por la mala redacción, ortografía y gramática, además, nunca he sido muy buena en eso.

Gracias por leerme.





Percabeth One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora