Capitulo 19

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El día había llegado, todos los invitados de todas las aldeas comenzaron a llegar, incluso el Kasekague que ya se sentía un poco mejor por el rechazo del Uzumaki y ahora quería verlo feliz, aun siendo con ese Uchiha.

Todos comenzaron a reunirse en el lugar en que se llevaría a cabo la boda, en cuanto llegaban casi se desmallan al ver a los bijuu tan tranquilamente jugar con un niño parecido a la pareja

—a que te refieres?! ¡¡Zorro apestoso!!

Grito eufórico Shukaku pataleando su pie mirando con el ceño fruncido al zorro que tenía una sonrisa burlona

—lo que escuchaste, mapache!

Con eso comenzaron a gritarse mutuamente hasta que Son llegó a su límite

—ya cállese, tontos hermanos!

Gruño y ambos se voltearon automáticamente hacia su dirección comenzando a despotricar y de esa forma Son Goku se unió a su pelea, lo divertido de la situación es que eran de un tamaño mucho más pequeño, incluso Kira era un poco más grande que ellos, se paseaba imponente a su alrededor, sus pupilas dilatados indicando la caza en ellos, se relamió sus bigotes, inclinó su cuerpo y a gran velocidad se abalanzó a las pequeñas criaturas que tuvieron que correr con pánico dejando su arrebato ante las filosas garras que cargaba.

—Kira no!

Llamo Menma acercándose a la gatita azabache, la cargó alejándola de los bijuu en miniatura

—perdón, Kira es muy... juguetona

Se disculpó con una sonrisa nerviosa, con eso se los llevó a todos a unos asientos reservados para las bestias.

En otro lugar Gaara se encontraba a la sombra de un árbol mirando a la gente platicar y llegar al lugar, su mente perdida en quien sabe donde

—oye! Gaara-san!

Llamo una voz enérgica mientras los pasos rápidos se escuchaban acercarse, el pelirrojo levantó la mirada a tiempo cuando Lee casi cae sobre él al no parar a tiempo

—me da gusto verte otra vez!

Dijo brillante extendiendo su mano, el pelirrojo la estrechó regalándole una sonrisa, su amistad había crecido con los años, después de que Naruto lo rechazará había sido Lee quien lo animó en su momento de debilidad. Al pelinegro se le subieron los colores ante tan encantadora sonrisa, ohh como le gustaría tener a ese pelirrojo para el

—también me da gusto verte Lee, y ya te había dicho que solo me digas Gaara

Dijo con amabilidad, el cejotas tenía su típica sonrisa enorme y levantó su pulgar

—claro, esta vez no lo olvidaré Gaara-Chan!

Grito extasiado sin darse cuenta el enorme sonrojo que se formó en el antiguo jinchuriki que competía con su cabello rojo, volteó su rostro intentando ocultarlo, pero por lo distraído que era Lee ni cuenta se dio.

Naruto en otro lado se miró nervioso al espejo mientras sus amigas sonreían brillantes. Llevaba puesto su traje blanco que había elegido, nadie logró hacerlo cambiar de opinión, en su cabello llevaba un broche con flores blancas, doradas y rosas con pequeñas cadenas delgadas que caían del broche entra las flores.

No sabía cómo es que lograron convencerlo de retocar un poco su rostro, pero lo hicieron, en sus labios le pusieron un poco de brillo y el resto casi no se notaba ya que optaron por algo natural pero aún estaba el cambio con los colores sutiles en sus ojos azules haciéndolos resaltar, la verdad no le desagradaba, aprecio lo que hicieron por él mandándoles una sonrisa

—gracias, chicas!

—no hay de que, Naruto

Le dijeron con una sonrisa satisfecha por su obra, ellas llevaban unos vestidos color azul claro con detalles blancos

—no te vayas a tocar la cara!

Chillo Tenten dándole un manotazo a la mano peligrosamente cerca del maquillaje, Naruto hizo un puchero, pero se calmó ya que al final del día se la quitaría y nadie podría evitarlo

—bueno, y como quedamos el otro día, ya tenemos tu maleta para tu luna de miel

Dijo Ino mirando con complicidad a sus amigas, Naruto solo vio una sonrisa en sus rostros, una que ocultaba algo, no malvado, pero si había algo. Entrecerró lo ojos, pero lo dejó pasar con un encogimiento de hombros

—mientras no me hayan puesto vestidos todo bien

—calma, no hay vestidos, sólo pusimos ropa tuya y unos regalos nuestros, aparte de lo necesario

Sonrió Hinata y Naruto no pudo tener más sospechas con esos regalos, sabría lo que tendrían dentro cuando los abriera en su luna de miel. Dejarían a Menma al cuidado de Kakashi que se había ofrecido, también Kurama se quedaría con el Hatake cuidándolo mientras estaba en la oficina, pero de igual forma no se irían por mucho tiempo ya que el cumpleaños de Menma era dentro de una semana y querían estar con él.

La ceremonia había comenzado con muchos invitados, incluso algunos se arremolinaban en la entrada ya que no alcanzaban los asientos.

Todo estaba llenado de maravilla incluso entre los asientos cuando Lee hablaba en voz baja al pelirrojo que intentaba no reír con las ocurrencias del pelinegro haciéndole olvidar su dolor por cierto rubio jinchuriki.

En otro lugar Sakura por fin fue remplazada por su compañero y corrió a toda velocidad hacia el lugar de la boda, maldecía a todo el mundo, pero sobre todo a Naruto y Kakashi por haberla dejado así, salto los árboles que rodean Konoha para comenzar los techos de la aldea en proceso de ciudad en un futuro.

Había tardado más de lo que espero, pero cuando llegó por fin ya era tarde, cayó de rodillas al pasto jadeando por el cansancio, el sudor recorrió su frente mirando con rabia a la pareja felizmente saliendo del lugar mientras los pétalos de rosa caían sobre ellos.

Antes de tan siquiera pararse a protestar un anbu se posicionó frente a ella negando con su dedo enguantado hacia la chica, ella frunció los labios levantándose.

Los invitados miraron con una gota de sudor como un anbu cargaba como sacó de papas a la pelirrosa que pataleaba y se removía intentando soltarse de su agarre.

Unas horas más tarde y Naruto maldecía a todos los dioses existentes al mirar el regalito de sus amigas en su maleta, aquel "trajecito" tenía una nota, pensaba seriamente que no usaría tal cosa y tal como el vestido se negaría a usarlo de igual forma

"Hola Naru, decidimos poner esta nota ya que sabíamos que te negarías a usarlo a toda costa..."

Pero como es que lo supo, pensó sarcástico

"...pero antes de que hagas una locura y lo tires... nosotras pensamos que a Sasuke le gustaría, no, más bien le encantaría verte usarlo
Atte: tus muy hermosas amigas"

Al leer la última parte se quedó estático y un enorme sonrojo se tornó en su rostro... unos minutos más tarde y Naruto vestía el "trajecito" para el deleite de un azabache que lo miraba de una manera no muy santa.

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