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Chenle sentía su corazón ir como loco, estaba sumamente emocionado y ansioso por lo que iba a pasar, jamás había experimentado algo como eso porque realmente jamás sintió el deseo o la necesidad de tocarse, era un inexperto total y sabía que Jisung igual, pero de cierta forma sentía que sabía lo que debían hacer.

En silencio y con sólo caricias, Jisung se deshizo de la ropa de Chenle, quitándole sus camisas exteriores e interiores, dejando expuesto su pecho blanquesino, lampiño y brillante por la luz de la luna. Se sentó en cuclillas y comenzó a bajarle el pantalón al menor, quitándole las calcetas en el proceso, dejando la ropa con cuidado en el piso a un lado de la cama y con suma delicadeza y suavidad bajó la ropa interior de Chenle, pasandola por sus piernas suaves y largas, acariciandolas con cariño en el acto de quitarle la última prenda.

El menor se sintió avergonzado de estar desnudo frente a su ex mejor amigo, recordando que la última vez que vieron su desnudez mutua fue cuando tenían tal vez ocho y nueve años, hacia muchísimo tiempo, sus cuerpos habían cambiado y su inocencia se había ido, ahora existía pudor y morbo y le apenaba mostrarse así ante Jisung, así que cerró un poco sus piernas para tapar su intimidad con ellas, pero el príncipe no lo dejó, tomó sus rodilla y las separó todo lo que su flexible cuerpo le permitió, apreciando el cuerpo entero del chino, desnudo y dispuesto a entregarse a él en un acto tan íntimo, haciendo que su corazón se sintiera orgulloso y lleno de alegría, Chenle le iba a entregar uno de sus tesoros más preciados y él lo cuidaría como si fuese su vida.

En esa posición se quitó la ropa que cubría su cuerpo por la parte superior, dejándose los pantalones y las calcetas, tomándose su tiempo para que Chenle apreciara su trabajado y esculpido cuerpo, tenía de qué presumir y quería que su amado lo disfrutara; y así fue. El menor llevó sus manos inquietas al abdomen del mayor, acariciandolo con la punta de sus dedos, delineando las líneas que tenía formadas en sus músculos con forma de rectángulo, sintiendo la piel caliente y suave de su torso. Jisung tomó las manos de Chenle y las llevó a su pantalón, indicándole de esa forma que quería que fuera él quien lo desnudara. Chenle se avergonzó un poco, pero se sentó e hizo lo solicitado, siendo algo torpe por sus manos nerviosas, pero logrando el cometido de aflojar el agarre de la ropa en la cintura del príncipe, alzando la vista para mirarlo mientras bajaba los pantalones para botarlos por ahí. El mismo Jisung se despojó de sus calcetines y de su ropa interior, lanzandola por algún lugar de la habitación, realmente no le importaba, sólo quería estar desnudo para tomar a Chenle lo antes posible.

Abrazó la cintura del menor con su brazo no dominante y con el otro acarició su mejilla, pasando los dedos de su mano por esa capa de piel sonrojada por la vergüenza que seguramente sentía.

— Estás precioso Chenle — Murmuró sobre sus labios, rozandolos y bajando para besar los hombros delgados y estrechos del chino — Eres tan perfecto que no puedo creer lo que mis ojos ven, debes ser enviado del cielo para mí, ningún humano puede compararse a tu existencia

— Jisung — Se quejó con las mejillas a punto de estallar, sonriendo por las palabras tan cursis que le fueron dedicadas, rodeando el cuello delgado de su mayor con los brazos — Haces que me quede sin palabras

— Y eso que aún no hago nada — Sonrió sobre los labios contrarios y Chenle escondió su rostro sobre su pecho al captar de lo que hablaba

— Tonto, simplemente con verte me quedo sin palabras, te robas todos mis pensamientos y dejo de funcionar — Chenle subió la mirada con timidez y observó la sonrisa tranquila de Jisung

— Si así estás tú imagina cómo estoy yo, mi vida gira entorno a ti, no hago nada sin antes pensarte, eres el centro de mi mundo Lele, eres mi mundo — Lo apretó más contra él y se inclinó un poco para besarlo

Mi Reina | ChenSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora