La oscuridad de la noche volvía imperceptible la cortina de agua que desprendían las nubes, con gruesas y frías gotas que impactaban sin piedad sobre la tierra.
La noche se sumía al latoso bosque casi imposible de cruzar a esas horas, siendo invisible la franja horizontal que separaba la copa de los árboles del nocturno cielo. Los relámpagos clamaban descontentos con su refulgente e instantáneo destello, contorneando los cuerpos de las negras nubes y haciendo temblar la tierra por los tañidos de gran intensidad. Los desaforados vendavales que cruzaban la ruta, se asimilaban a una jauría de lobos hambrientos en plena cacería, que golpeaban con el único auto que aún mantenía su curso, y aullaban melancólicos, ahogados en el ambiente.
El coche mantenía su esperanza al seguir persistente pese al mal temporal y sus ruedas no fallaban ante el asfalto mojado, transitando con seguridad y cuidado sobre la cenagosa ruta. Allí dentro te mantenías junto a tu pareja al volante; con tu figura encogida e inhibida ante las gotas de agua que azotaban las ventanas y repiqueteaban con vigor. Los silbidos del viento —pintiparados a desgarradores gritos—, lograban erizar tu piel y que oscilaras tu mirada de un lado a otro; temerosa ante la desmedida impiedad de la naturaleza.
La calefacción hace pocos kilómetros atrás había comenzado a fallar y el calor se desvanecía poco a poco, permitiendo que tu cuerpo temblara con leves pasmos y que desearas abrazar tu propia figura con tus manos. Ante los escasos metros de ruta que lograbas divisar frente al auto —iluminados por los focos de luz artificial—, tensaste tu entrecejo y miraste de soslayo a tu acompañante, el cual se mantenía ensimismado en una absoluta concentración para el manejo.
Lo que más tratabas era evitar cuestionar, viendo que tus curiosas preguntas acerca del peligroso y enigmático camino en el que se dirigían no serían de ayuda para tu impaciente y confiado conductor. Pero, y aun así, la incertidumbre y una inquietante sensación carcomían tu interior, como la presencia de una sombra que no te abandonaba.
La vista era casi nula; apenas observaban el frondoso bosque que yacía a ambos lados de la ruta, y la cortina de agua aunada a la oscuridad no les dejaba ver lo que habitaba más allá; desconociendo si habría un risco al final del camino, o un lugar para poder descansar.
El silencio de sus voces llegó con su densa presencia, dejando el protagonismo a sus oídos que iban recibiendo cada detalle del mal temporal fuera del auto, más el ronroneo del motor y el intermitente rechinido del limpiaparabrisas, que juntos condensaban la atmósfera para los dos.
El rubio a tu lado entornó sus ojos en tu dirección, dándote un rápido análisis antes de volver a situar su atención en el camino. Era claro que algo te ocurría, ya que no acostumbrabas a quedarte tanto tiempo callada, sin siquiera poner un poco de música desde el estéreo. Divisó la incomodidad en tus facciones, en especial el temblor instalado en tus cejas. Y aunque a él también le fastidiara estar bajo esa tormenta no pronosticada justo el día en que iniciaban su viaje vacacional, se mantenía con sus pensamientos serenos, confiando en que pronto el diluvio acabaría y podrían acelerar su paso para llegar cuanto antes a su destino.
Quitó una de sus manos del volante y la posó sobre tu muslo, dándote un suave apretón para reconfortarte y para despejar el torrente de pensamientos que surcaban tu mente y la agobiaban. Su calidez te sacó una sonrisa de boca cerrada, siendo un bálsamo contra tu inquietud, y resquebrajando a medias los tormentos que te acechaban. Deshiciste tu propio abrazo para descansar una mano sobre la suya híspida, permitiendo, también, que tu cuerpo destensara sus músculos al quitar el foco de tus preocupaciones.
—Pronto acabará, (Nombre). Las tormentas por estos sitios son comunes. Relájate. —Su ronca pero apacible voz inundó el auto. Y junto a un nuevo apretón de su mano, inspiraste profundo para querer absorber sus palabras.
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MANTEN LA CORDURA. [Bakugõ x Lectora]
Mystère / ThrillerUna pareja, un viaje, una ruta desconocida y un desdichado destino que les juega en contra de sus vidas. Katsuki y la protagonista de esta historia, se someten al terror de una familia desconocida que les ofrece hospedaje tras un accidente en la r...