Capitulo 25

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Narración normal

La princesa Serenity salió a caminar por los jardines del palacio de la luna, necesitaba pensar en algunas cosas, pero estaba tan sumida en sus propios sentimientos y pensamientos que no se dio cuenta del paso de las horas, hasta que de repente una bonita rosa apareció ante sus ojos distrayéndola.

Cogió la rosa con cuidado de no dañarla y se giró para ver quién se la había regalado, y aunque se sorprendió, puesto que pensaba que su pareja se había ido a dormir, sonrió cuando se quedó enfrente de Endymion, por qué dado que aún llevaba su transformación de príncipe no le salió naturalmente llamarle Darien.

- Una bella flor, para una bella dama. - Dijo el joven atrayéndola para un beso suave en los labios que ella correspondió sin dudar.

Después de terminar el beso la joven apoyo su cabeza en el hombro de él y suspiró mientras sentía como las manos que la rodeaban por la cintura acariciaban su espalda suavemente tratando de relajarla.

- Puedo sentir los engranajes de tu mente desde aquí - dijo el joven con un poquito de diversión en su voz. - ¿Qué te preocupa?

- Me preocupa todo... - dijo ella, mientras suspiraba suavemente. - ¿Y si todo esto es inútil? ¿Y si no me vuelvo lo suficiente fuerte a tiempo? ¿Y si... es tarde y las pierdo?

El muchacho colocó un dedo sobre los labios de ella, impidiendo así que siguiera hablado.

- Esos son muchos... ¿y si...? - dijo él, con una mueca en la cara. - Y desde mi perspectiva se ven inútiles. Puesto que es obvio para todos que eres mucho más fuerte de lo que eras y como lo que te guía es el deseo de tu corazón de hacer felices a todos... Sé que lo conseguirás y que las muchachas serán felices.

La joven suspiró y una lagrima traicionera escapó de sus ojos y resbaló hasta la mano del príncipe que limpio la mejilla de la muchacha.

- Ven - dijo él y la llevo hacia un punto desde dónde se veía una vista preciosa de la tierra mientras ellos estaban rodeados de preciosas flores parecidas a los hibiscos que parecían brillar en el centro. - ¿Ves mi planeta?

- Sí, esta hermoso... - suspiró ella. Mientras su mirada se perdía en el planeta azul enfrente de ellos.

- Ahora dime cuentas veces lo has salvado... - susurro el muchacho en su oído, consiguiendo que ella temblara ligeramente por la cercanía. - Cuantas veces has salvado a las muchachas e incluso ahora has traído a mis generales de vuelta... Cree en ti, mi amor. Todos lo hacemos y estoy seguro de que la princesa Kakyuu y sus guardianas también creen en ti y obviamente las muchachas...

La princesa apoyó su espalda en el pecho del joven príncipe y suspiró cerrando los ojos. Sabía que él tenía razón, pero tenía miedo por qué estaba vez si fallaba perdía mucho y no estaba dispuesta.

Ambos permanecieron mirando el planeta azul durante un rato, antes de girarse y de la mano caminar hacia el palacio para irse a sus cuartos a descansar. Mañana sería un día nuevo.

Kinmonku

El planeta está brillando con nueva e intensa luz, la restauración estaba completa y todos los habitantes estaban disfrutando de una fiesta realizada por la Princesa Kakyuu desde la ciudad sede de la familia real pues, aunque el planeta estuviera dividido en más regiones, estaba unificado desde el matrimonio de los padres de la actual princesa.

Todo el mundo parecía feliz, e incluso al planeta habían venido enviados de planetas cercanos a presentar sus respetos y saludos, la mayoría eran alianzas de amistad propiciadas por los rumores de que la Princesa era amiga íntima de la persona que había salvado la galaxia.

Duda del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora