Cap3

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No corras si te llamo de repente, no te vayas si te digo *Pierdete*. A menudo los labios mas urgentes no tienen prisa dos besos despue.

Domingo por la tarde, en un viejo taller mecánico.

No todo el mundo odia los domingos por la tarde. A Pablo le encantan.. Se encierra en su taller sin clientes y se dedica a hacer todo lo que le gusta de verdad y que no puede hacer a lo largo de la semana, por ejemplo, restaurar una vieja Vespa de los años sesenta que pertenecia a su padre. De momento, se ha limitado a desmontarla.  El suelo del taller esta decorado con el manillar, el sillin, el guardabarros y la guantera. Le gusta ordenarlo todo bien y anotar meticulosamente todos los tornillos y las piezas en una pequeña libretita, indicando el lugar que oupan en la moto.  Cuida cada detale: Todo tiene que quedar perfecto, y, para eso, necesita concentración y tiempo. Y claro, los domingos por la tarde son perfectos. Ndie llama, ni nadie molestas,y lo unico que rompe el silencio es su respiración lenta y pausada, o el viento que hace temblar la puerta de metal.

Vestido  con mono gris y las manos llenas de grasa, no puede evitar ensuciarse la cara cada vez que apunta algo con elboli. El taller no es muy grande: A duras penas caben tres coches. A menudo tiene que sacarlos a la calle para poder trabajar. Tiene un pequeño trasero que usa como despacho, y donde tambien hay un pequeño baño.  Ademas en el despacho hay un microondas, una neverita y una máquina automática de café, por si le dan las tantas y le entra el hambre. El tiempo parece transcurrir mucho mas despacio los domingos, sobre todo en el taller. Y eso le encanta.

 Cuando se dispone a apuntar en su libreta todas esas piezas que no sabe exactamente donde van,  el sonido del movil rompe el silencio. El joven mecánico saca el telefono del bolsillo, y lo primero que ve es el nombre de Bea.

*Que fuerte, creia que ya no queria seguir jugando conmigo* piensa, como si dudase de que el mensaje sea auténtico.

A Pablo le gusta jugar con el amor. Es un chico romántico. Bea y él se inventaban historias muy divertidas que les hacian sentir especiales. La ultima vez que jugaron fue el dia en que la chica cumplia dieciocho años. Por aquel entonces lo llamaban *El juego del Silencio*. Consistia en llamar y limitarse a escuchar. Se decian cosas preciosas....En el cumpleaños de Bea, Pablo leyo un poema, pero por alguna razon que el chico no logro descucbrir , Bea colgo y dejo de contestar a sus llamadas para siempre. El silencio se hizo realidas, y eso le hizo daño.

-*¿Sera otro juego?*- Piensa antes de volver a mira la pantalla-. Espero que Sí** Y enonces por su sorpresa lee:

AUN ME KIERES?

DIME QUE SIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora