Día #04: That didn't stop you before

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Advertencia: Female (Fem Kaito)

Era una cálida mañana de octubre. Los insistentes rayos del sol se habrían paso entre las finas cortinas de la mansión Kudou provocando que su dueño se removiera incómodo por el repentino cambio de iluminación.

Considerando que apenas pudo pegar el ojo la noche anterior y sin mucha intención en despertarse, Shinichi se cubrió con las gruesas mantas tratando de bloquear cualquier rastro de la luz del sol de su visión, acurrucándose en su calidez reconfortante tratando de caer en sueño profundo nuevamente.

Pero, al no sentir otro tipo de calidez que debería estar a su lado, le fue difícil conciliar nuevamente el sueño. Sin intención en abrir los ojos, busco a tientas a la otra presencia que, se suponía, debía estar ahí solo para encontrar vacío el otro extremo de la cama.

Frunció el seño en confusión, y, de mala gana, se obligó a abrir finalmente los ojos solo para confirmar que, efectivamente, se encontraba completamente solo en la cama.

Mirando rápidamente alrededor para percatarse que la otra persona en realidad no se encontraba en la habitación, se dispuso a levantarse con bastante pereza obligándose a despertar completamente el resto de sus sentidos en un intento de determinar si podía catar algún indicio de dónde se encontraba su acompañante.

Mientras tomaba algunas de las prendas que se encontraban esparcidas en el suelo, su oído fue capas de captar un inconfundible sonido proveniente del cuarto de baño al otro lado del pasillo. Un inconfundible sonido de arcadas que había estado escuchando durante todas las mañanas en la última semana.

Terminado de colocarse sus pantalones y rindiéndose en encontrar su camisa -porque tenía una clara idea de dónde en realidad podría encontrarse-, salió de su habitación encaminando se a donde se encontraba la otra persona.

—¿Kaiya?— llamo ingresando con precaución al cuarto de baño.

—Ohayō~ Tantei-kun— saludo Kaiya ligeramente pálida.

Se encontraba arrodillada, ligeramente recostada en la tasa del baño, con dos tonos de piel más clara de lo normal, con la respiración algo errática por el esfuerzo y en los ojos con un breve rato de lágrimas amenazantes.

Brevemente se percato que únicamente portaba su camisa -sabia que ahí se encontraba- dos tallas más grande,  que caía sobre uno de sus hombros, y sus bragas. Probablemente la única prenda de ropa interior que portaba considerando que su sostén aún se encontraba regado en el suelo de su habitación.

—¿Te encuentras bien?— pregunto preocupado al ver el estado descompuesto de su novia.

—Eso creó— respondió —Tan bien como puede estar una persona después de vaciar el contenido de su estómago— hizo una mueca de disgusto mirando el contenido de la taza antes de tirar de la cadena —Maldición, ese pastel de chocolate era bastante bueno y ahora solo me dejó mal sabor de boca— suspiro antes de mirarlo con un puchero en el rostro —Odio esto. ¿No sé supone que las enfermedades estomacales duran solo dos días?, Ya ha pasado más de una semana— añadió extendiendo la mano en su dirección, clara señal de ayuda.

—Por eso digo que deberías ir al hospital— dijo acercándose para ayudarle a estabilizarse —Esto ya no es normal Kaiya…

—No me gustan los hospitales— corto ella con una leve queja antes de mirarlo un poco desafiante —Además, es un poco hipócrita de tu parte el pedirme ir a uno cuando prefieres utilizar a Ai-chan como tú médico personal.

—Entonces deja que Haibara te revise— agrego sin poder negar aquella acusación —O al menos déjame llamar a Arada-Sensei, él sin duda podrá decirnos que tienes exactamente.

Diversas Formas de Amar [Fictober 2020]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora