Prólogo

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Seúl, Corea del Sur.

Lisa's POV. 

Las lágrimas distorsionaban mi campo de visión, mezclándose con la lluvia torrencial que caía sobre mi; sin embargo, nada de eso me importaba. Lo único que deseaba era correr sin mirar atrás, escapar del infierno que era mi vida desde que tenía memoria. La humedad se colaba por mi ropa, calando mis huesos con el frío en el cual estaba sometida. Un recordatorio de que todavía estaba viva.

La mirada de la gente se posaba sobre mi a cada pasó que daba; algunos me miraban con asco, indiferencia, mientras que otros me miraban con lastima y se concentraban en los golpes visibles en mi rostro, acompañado por las enormes ojeras debido a las pocas horas de sueño. Me avergonzaba mi aspecto tan desgastado. No quería que nadie me viera en ese estado tan deporable. Lastima era lo último que deseaba recibir.

Poco a poco la lluvia se fue disipando, logrando que los primeros rayos de sol salieran tímidamente entre las nubes. Me detuve frente al parque que solía frecuentar cada vez que quería escapar de mi triste realidad. Era un paisaje tan hermoso que deseé haber traído mi libreta y lápiz y plasmarlo en la forma que más me apasionaba. El dibujo.

Tomé asiento en el primer banco que ví, un poco alejado de la entrada y deje que el tiempo pasara liberando el dolor que mi alma cargaba. Lloré todo lo que mi cuerpo me permitió y me consolé a mi misma, abrazándome tan fuerte como podía. La única conciente de mis problemas era yo misma y la única que iba a estar para mí era yo. Me incliné sobre mis piernas y temblé por el frío que sentía, pero no iba a detenerme y regresar a ese lugar al cual debería llamar hogar.

No supe cuando tiempo duré llorando en esa solitaria banca y sinceramente no me importó porque en ese momento lo único que recuerdo, era haber escuchado una voz tan dulce que hizo que me estremeciera por primera vez sin ser culpa de las lágrimas. Levanté la mirada cristalizada en busca de la fuente de ese cálido sonido. Un sonido que resaltaba entre mis dolorosos sollozos.

Mis ojos vagaron por la extensión del parque hasta que se posaron en la figura enfrente del a florería. Mi corazón se detuvo unos segundos hasta que volvió a latir, está vez, con más fuerza. Lo podía sentir retumbar contra mis oídos, la sangre corriendo por mis venas rápidamente. No podía apartar mi mirada. Era como un imán que me impedía hacerlo y sentí como, poco a poco, el dolor desaparecía.

Su piel pálida resplandecía por los rayos del sol, su cabello de un color rosa pastel estaba atado en una trenza que caía por su lateral, sus cejas perfectamente delineadas, su nariz pequeña y respingada, sus ojos hipnóticos concentrados en las flores entre sus manos y sus labios que se movían al compás de la melodía que estaba cantando. 

Era un ángel sobre la tierra.

Nunca la había visto en todo el tiempo que había venido aquí y sentí una horrible necesidad de saber de dónde provenía. De pronto el dolor y el frío que sentía paso a segundo plano cuando divisé una sonrisa en esos dulces labios. Perdí el aliento y una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo entero. Desconocía las extrañas sensaciones que inundaban mi cuerpo.

Mis ojos siguieron la silueta de esa hermosa chica hasta que se perdió en el interior de la florería. Una imperiosa necesidad creció dentro de mi haciendo que me levantará del banco y comenzará a dar unos cuantos pasos hacia ella. Sin embargo, algo o más bien, alguien, me sujeto fuertemente de la muñeca y me volví de cara a esos ojos que me atormentaba, incluso, en mis pesadillas.

"Hasta que por fin te encuentro" el aliento a alcohol inundó mis fosas nasales, sintiéndome mareada. Su voz sonaba fría y áspera. "¡Vámonos!" apretó el agarre en mi muñeca y me estiró sin compasión al lado opuesto de dónde estaba ella.

Lo único que podía hacer era mirar de vez en cuando hacía atrás para poder verla, aunque, fuera una última vez.



My Favourite Flower (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora