Capitulo 1

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Lalisa Manobal o Lalisa Manoban. Qué va se pronuncia Manoban y se escribe Manobal.

Como ya pudieron leer esta es mi historia.

Tengo 16 años, mí vida no está en su mejor punto y supongo disfrutarán leer de lo mal que la paso. _Guiño.

Nací en Tailandia y actualmente me encuentro en Seúl, y no, no es un problema familiar, bueno, un poco; tengo una beca y por ello es que decidí mudarme.

Aunque cabe aclarar eso no solventa todos mis gastos, por eso busqué un trabajo de medio tiempo.

Pov omnisciente. Lisa llegó devastada a su nuevo apartamento. No era la gran cosa, pero tampoco lo peor que se podría encontrar en Seúl. Estaba bien, cumplía su función; para dormir.

Lo único bueno de todo es que ya contaba con ese trabajo que tanto necesitaba. Solo faltaba presentarse, dar algunos detalles y esperar que no la mandaran por el caño. Fácil.. ¿No?

Lo haría después del Colegio. Ya era hora de dormir, mañana podría lamentarse por lo poco que dormiría y lo cansada que estaría.

El reloj sonó levantando a una rubia con el ceño fruncido. —Madre Santa, apenas y eh pestañeado._ bufo tirándose nuevamente a la cama. —¿Por qué no puedo quedarme aquí...? _ se preguntó abrazando las sabanas. Cuando estaba retomando el sueño recibio una llamada.

~Madre~ Viro los ojos y contesto adormilada —Qué.

—Solo quería asegurarme que estuvieras despierta.

—Pues lo estoy, necesito apurarme madre o llegare tarde, más tarde te pongo al día. _ no espero respuesta y colgó.

Aun seguía molesta.

—seis treinta, ¡Genial!_ en media hora debía estar en el colegio y eso era lo que le tomaría llegar a pie.

Como pudo se las arregló para ducharse rápido, tomar una rebanada tiesa de las que traía en su equipaje y salió a prisas con esta en la boca.

—¡Sí, llegué!_ Pronuncio orgullosa mirando su reloj. Siete en punto.

Pov Lalisa.

Entre curiosa mirando con detalle los murales que se encontraban en éste. —Curioso._ pronuncié sorprendida.

Al pasar por este pasillo solo podía pensar en Jisoo —Ah, no será lo mismo sin mi tortuga conejo.

Me dirigí a mi salón sin prisas, como quiera tenía el croquis en mis manos. —Por fin_ pronuncie apenas lo vi. Me dirigí a la puerta y antes de entrar pude divisar una cabellera castaña con ojos puntiagudos mirándome.

Mi primer día en el colegio transcurrió normal, conocí a un grupo de chicas, la más pronunciada podría decir fue Nayeon, es decir con la que más interactúe. Es agradable y tiene buenos temas de conversación.

Después de eso fui a dormir un rato a mi casa para luego alistarme para ir a presentarme a mi nuevo trabajo. —Que estúpidos pueden ser los ricos. Quizás de tanto dinero que tienen no les entran las ideas a la cabeza. _ pronuncie leyendo nuevamente el mensaje de mi amiga, pues aún no se creía el trabajo que había conseguido. Prácticamente me pagarían casi dos mil dólares solo por limpiar una alberca diario.

—Justo_ Pulse el botón frente a mi esperando a que abrieran. Frente a mi una cabellera corta, oscura y con ojos afilados abrió la puerta. —Buenas tardes.

Ella solo sonrió y me dejó pasar.

Tuvimos una larga plática del como le gustaba que fueran las cosas.

Sin Ataduras// JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora