"A veces creemos que la vida nos está diciendo no, cuando sólo nos dice espera".
Esta es una frase que siempre ha significado mucho para mí. Sin embargo, a veces se me olvida ponerla en práctica en muchas situaciones de mi vida.
Cuando algo que queremos no sale como queríamos es inevitable la frustración.
Y aún peor, la decepción.
En esos momentos, no somos capaces de ver más allá. Nos quedamos en lo oscuro del camino. Donde no alcanza la luz. Donde no podemos caminar por miedo a tropezarnos más. Y nos quedamos estancados. Sin fuerzas, sin ánimos.
Esto se extrapola a cualquier situación de la vida de cualquier persona. Sea más grave o menos. Todo el mundo pasa antes o después por algo así.
Y cuando más frustración puede dar, es cuando se trata de algo por lo que habías luchado. Y mucho. Aquello por lo que habías sudado. Algo que inundaba tu mente noche tras noche.
Y nos rendimos.
En ocasiones, nos rendimos. Porque somos cobardes. Porque creemos que no hay más allá. Porque sólo vemos el lado negativo, dejando la vista atrás, sin si quiera voltear la cabeza a todo lo que queda por delante.
¿Y qué es lo peor que puede pasar si eso sumamente importante al final no salió como esperábamos? ¿Acaso no tiene solución? Y si no la tiene, ¿cuál sería? ¿Quedarnos mudos, negativos y cruzados de brazos? Pues como ya podréis esperar, la respuesta es no.
Puede que a lo largo de nuestra vida se nos cierren en las narices cientos de puertas. Oportunidades. Cuando menos lo esperábamos, cuando menos lo necesitábamos.
Y en ese momento no entendemos nada, y es normal. Es parte de la vida.
Pero sólo cuando somos capaces de avanzar, de seguir pese a los obstáculos que van surgiendo. Cuando somos capaces de levantarnos a pesar de ese duro golpe. A pesar de todas lágrimas y con los ánimos por el subsuelo... sólo ahí, somos capaces de ver a lo lejos.
Y aparece la claridad.
Empezamos a distinguir un paisaje que asoma a través de una pequeña ventana. Una ventana abierta de par en par con la que no contábamos. Una ventana que quizás no queríamos, pero que realmente estaba ahí para nosotros. La cual le da sentido a todo lo anterior. Y el paisaje ya no está tan borroso.
Y es ahí cuando comprendes.
Comprendes que todo pasa por algo. Que la vida sólo te estaba diciendo "espera". Que tuvieras paciencia. Que continuaras. Que no decayeras. Y te das cuenta que sólo por eso, toda la espera anterior ha merecido la pena. Que nunca debemos perder la esperanza. Que siempre llega algo mejor. Algo que sí es para nosotros. Algo único.
Así que cuando sientas que no puedes más... recuerda que todo eso es pasajero. Que las nubes grises no durarán para siempre. Y que si miras hacia atrás sea simplemente para ver todo lo que has recorrido. Aquello que has conseguido. Y confía.
Sobre todo confía. Porque al final todo llega. Antes o después. El esfuerzo es recompensado y el destino es sabio. Muy sabio.
Espera.
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De: mí Para: mí
SpiritualA veces somos muy buenos dando consejos. Sin embargo, pocas veces nos lo aplicamos a nosotros mismos. Esta carta llamada -De mí Para mí- surge de esa necesidad... con el fin de lograr por fin dar luz a aquellos pensamientos enterrados en nuestra me...