JUDE

°3•

Mi madre me envió a París en época de invierno, aunque hace un frío que te cala los huesos allí afuera hay gente por todos lados. Me puse un abrigo y baje a la cosina en dónde estaba mi padre leyendo el periódico y tomando café. El se giró y sonrió de forma tierna

— ¿Saldrás? — Preguntó al ver mi vestimenta, hace una semana habíamos llegado y desde entonces era la primera vez que iba a poner un pie fuera de la casa, supuse que eso lo emocionaba un poco.

— Tocar me aburrió.

Me limitó a decir mientras me sentaba junto a mi padre y le quitaba el café de las manos y tomaba un poco de el, hice una mueca de desagrado y ví a mi padre con reproché, quien tenía una sonrisa burlona en el rostro

— Si sigues tomando café cargado y amargo te vas a morir.

No es algo que me molestará en si, Piter ya había vivido mucho...

— Ya que vas a salir llamaré a Louis para que te acompañe — dijo Piter mientras marcaba un número en su teléfono y casi al instante empezaba a hablar.

Me sentí bastante molesta por esa decisión tan precipitada que había tomado mi padre.
Louis es el típico vecino guapo, alto y fornido con el que todas quieren salir. Louis siempre estubo enamorado de mi y aunque yo lo mandara a la mierda más de una vez el siempre seguía insistiendo.

Al cabo de veinticinco minutos llegó el chico con una enorme sonrisa

— ¡Jane! — grito alegre y yo hice una mueca de desagrado, no me esforcé por ocultarla, me gusta que el note el sentimiento de repele que me causa — No me dijiste que estarías de vuelta

Seguramente el se esperaba una sonrisa, sonrisa que Jane siempre le había obsequiado. Pero ya no. Loius la iba a abrazar pero ella de un rápido movimiento lo inmovilizo tomando su brazo y torciendolo ejerciendo presión para que no se soltará.

— No me toques.

— Tu voz cambio mucho princesa.

¿Cómo es que no está llorando si estoy a nada de partirle el brazo?

— Pudrete — masculle molesta y el se quejo cuando ejerci más presión en el.

— ¡Jane ya basta! ¡Estás actuando como Jude; tu nunca fuiste así de agresiva!

Gire mi cabeza lentamente hacia Piter y entorne la vista entre el y el montón de cuchillos que había en el mesón de la cocina, una y otra vez, solté a Louis quien estaba sorprendido y reí irónicamente

— Te atreves a hablar de jude cuando fuiste un asqueroso como padre— lo señale a Piter con el dedo índice, dolida — No me esperes despierto “papá”.

Salí de la casa sin fijarme si Louis me seguía o no y el sentimiento de gratitud y tranquilidad que me invadió al no escuchar pasos detrás de mí se fue a la mierda cuando lo ví corriendo a mi encuentro.

— Vaya — Mascullo el rubio y paso un brazo a rededor del hombro de la menor siendo apartado casi de inmediato, el soltó una risita y bajo la cabeza y nego, volvió su vista al frente y metió las manos en los bolsillos de su pantalón.  Estaba tan absorta en mis pensamientos sin siquiera determinar en el chico que caminaba junto a mi murmurando incoherencias.

— Oye, ¿Todavía sigues apuñalando muñecos? — Me cogió algo desprevenida y de un rápido movimiento tome al chico y lo ingresó a un callejón por el que estaban pasando, saqué la navaja dorada con letras en mandarín que tenía oculta en mi bolsillo y hice presión en el cuello del muchacho sin llegar a lastimarlo

— Repite eso que dijiste — lo desafío y el soltó una pequeña risita pasando su mano por el rostro de la chica, la estaba acariciando.

— Jane nunca me hubiese agredido, Jude si, Jane nunca me había mirado con tanto asco, Jude si lo hacía.  Jane no viste de esa forma tan sencilla  y oscura, ropa con la cual te puedes mezclar entre la oscuridad, Jane era más de colores vivos, le gustaba ser notada. Jude amaba pasar desapercibida, invisible. Así podía hacer sus cosas raras sin ser notada. Mi corazón nunca latio desenfrenado a el ver a Jane, cuando vía a Jude; cuando te veía a ti. Siento que soy el hombre más feliz del mundo. El comportamiento que tienes es propio de Jude.