Parte 1 La caza en el bar.

109 6 3
                                    

Ya no puedo más, Josh me obliga con gran ansía que lo haga, y por su culpa ahora estoy en medio de la calle aguantando este insoportable frío acompañada de una densa niebla, que suerte tiene que tener ahora para no tener que abrigarse absolutamente para nada.

Sigo mi camino entre quejas y miedo por la acera, apartando de alguna manera la nieve y el barro que se me pega en las botas. Más tarde consigo ver un letrero luminoso con una imagen en movimiento, voy rápidamente hasta quedar cerca de él y poder fijarme en el nombre del local “El irlandés borracho” con la imagen de un hombre bebiendo una jarra, encuentro rápidamente la entrada y nada más pasar la puerta me arrepiento.

El local en si no estaba mal, tiene una decoración simple: pared verde oscura con fotos de gente en distintas partes del bar, gran parte de ellas centradas en la mesa de billar que se encuentra en el centro, rodeada de mesas y sillas. Lo que me hace temblar de miedo se encuentra en frente mía, en la barra, hombres de mediana edad con aspecto atemorizante me dedican  una mirada de extrañez, les tenía que parecer raro ver a una mujer entrar.

Voy rápidamente a una mesa alejada de la barra y espero a que venga el camarero a atenderme, después de cinco minutos aparece un hombre de complexión ancha y de cabello corto y pelirrojo, me mira de una manera seria haciendo que se acentuara todas sus facciones.

-Que desea tomar? -dijo con una voz grave.

-Tomaré una cerveza –dije intentando que no me temblara la voz.

Tras una última mirada se da la vuelta dejándome completamente expuesta a la vista de los clientes. Dios, podía sentir como algunos de esos hombres me comían con los ojos y me estaba resultando repulsivo.

Un día de estos mataré a Josh, junto con sus “preferencias”, siempre haciéndome venir a buscar a algún hombre o mujer para satisfacerle, y lo peor es que me hace ir a estos sitios haciéndome pasar un mal rato, la próxima vez que me lo pida lo mando a la mierda.

Tras un buen rato haciendo como si esperase a alguien voy a la barra a pagar por la cerveza y me marcho rápidamente esperando que terminase pronto.

Cojo un camino que me aleja de mi apartamento, ya que desde hace rato oigo un ruido de pisadas cerca de mí, tiene que ser algún hombre del bar, maldigo por lo bajo, son varios.

Acelero un poco al paso para alejarme de mis perseguidores, pero ellos no se quedan atrás. En cuanto giro por una esquina intento verles por el rabillo del ojo, uno de ellos lleva una barba mal cuidada y el otro está afeitado pero lleva una gorra, a excepción de esas dos cosas, los dos eran iguales tanto en el tamaño, como la cara que ponen, es la de un niño cuando sabe que va a hacer algo malo.

Empiezo a correr rápidamente para huir de ellos, pero en cuanto giro la esquina, oigo como empiezan a correr directamente hacia mí a toda velocidad, no tardan apenas dos minutos hasta que uno de ellos me agarra de atrás, tapándome la boca y agarrándome de las manos mientras el otro me coge por las piernas.

En volandas me llevan hasta una zona abandonada del barrio, a una antigua casa donde se ven luces por las rotas ventanas, al entrar en ella, unos mendigos cerca de un fuego improvisado nos miran extraños hasta que el hombre barbudo que me sostenía las piernas saca de su bolsillo una pistola y apuntándoles chilla:

PandemicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora