Envuelve este mundo como el cielo nocturno

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-Así, mira, no llores, Kirito.

La fuerza dejó las manos de Eugeo tras su susurro, su mano derecha cayó en el suelo y izquierda en su pecho. El prima en su mano dejó de parpadear también.

La escena que reviví en una pantalla en mi mente era indudablemente una de mis memorias. No podía recordar más de ese único momento, pero aun así, el hecho que Alice, Eugeo y yo habíamos crecido juntos desde jóvenes y éramos íntimos amigos, conectados por lazos inquebrantables, llenó mi cuerpo con calidez y alivió un poco el dolor de la perdida.

-Claro... estas memorias están justo aquí- presioné los dedos de mi mano izquierda hacia mi pecho y susurré con un sollozo -Permanecerán aquí para siempre-

-Eso es cierto... entonces nosotros somos, mejores amigos, para siempre. Donde estás... Kirito, a donde has ido...

La luz de sus ojos se desvaneció mientras divagaba y Eugeo dijo mi nombre con dicha sonrisa en su cara.

Me incliné hacia delante y rodeé la cabeza de Eugeo con mi mano izquierda. Mis lágrimas derramadas caían en Eugeo, una tras otra.

-Estoy aquí, justo aquí.

-Sí....

Mirando algún lugar lejano, Eugeo mostró una sonrisa de satisfacción.

-Te veo... brillando intensamente, en la oscuridad... Como una estrella... una estrella en, el cielo nocturno... como si hubiera visto cada noche, por mí mismo... bajo el Gigas Cedar... Brillando justo como... tu espada... Kirito...-

Perdiendo su brillo poco a poco, la voz de Eugeo golpeo suavemente mi alma.

-Eso es... Kirito, tu espada negra... <<Night Sky Sword>>... Sería un buen nombre. ¿Qué piensas?-

-Sí... suena bien. Gracias, Eugeo.-

Abracé firmemente a mi amigo mientras se volvía más ligero. Sus últimas palabras ondulaban a través de nuestras mentes conectadas como una gota que cae en la superficie del agua.

-Envuelve este... pequeño mundo... suavemente... como el cielo nocturno...-

Las claras lágrimas acumuladas en sus pestañas desaparecieron como gotas de luz. 

Con su ligero peso descansando en mi brazo, los ojos de Eugeo se cerraron suavemente.

Si estuvieras conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora