Carolyn Sanders se muda a vivir con su prima, Cather, luego de "superar" la muerte de sus padres y su hermano de tres años. Al llegar al pueblo conoce a una familia de ojos dorados con los que se activa un sentimiento de alerta y un grupo de chicos...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Edward intentó acercarse a Carolyn pero lo que sea que la tenía la lanzó hacia la pared contraria.
- ¿Te encuentras bien? - preguntó el cobrizo examinándola con preocupación luego de atraparla en el aire.
La castaña asintió alterada. Max se acercó a ella y la empezó a oler por todas partes.
- ¡Carolyn! - gritó al aire la castaña.
Edward notó como una sombra empezaba a alzarse en una esquina cerca a ellos. Sus ojos no podían creer lo que veían. Una chica idéntica a Carolyn estaba ahí solo que era como si la viera en blanco y negro.
Carolyn se acercó a la figura.
- Dime cómo lo detengo, debes saber algo.
Sin embargo, la figura no la miró, en cambio observó al cobrizo directamente a los ojos.
Edward aún sorprendido comprendió lo que quería decir. Tomó a Carolyn del brazo con fuerza, pero no la suficiente para hacerle daño, y se dirigieron a la habitación de al lado. Carolyn intentó abrir la puerta. Empujó sin resultado.
Edward escuchó unos golpes que empezaban a acercarse a ellos, unos que subían por las escaleras. Apartó a la castaña y cuando estuvo a punto de abrirla a golpes, ésta se abrió lentamente.
Carolyn corrió al interior seguida por Max. Edward la miró desde el marco de la puerta y sin pensarlo un segundo más, cerró.
- Ed? - su pregunta salió como un jadeo de sorpresa.
