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el camino hacia el jardín de juegos fue largo, pero se sintió bien estar juntos en el auto, escuchando música mientras sus manos estaban entrelazadas, juntas como si hubieran sido hechas para encajar perfectamente.

al llegar las estrellas brillaron en todo su esplendor, la cabeza de renjun se recostó en su hombro y su chaqueta ya estaba sobre los del contrario junto a la linda bufanda que le había cosido para navidad.

no hizo faltar hacer una gran cita, no hizo faltar decir muchas palabras, renjun solo le sonrió, soltando una risita cuando jeno se quedó mirándolo fijamente, y aún en la oscuridad jeno aprecio los brillantes ojos de renjun y el ligero sonrojo que se colocó en sus mejillas cuando se acercó ligeramente a sus labios para besarlo.

sus labios se movieron lentamente sobre los del contrario, las manos de jeno fueron hacia sus mejillas y las de renjun a su cuello, se sentía tan bien, se sentía tan correcto, tanto como lo fue abrazarse segundos después.

-parece que mis brazos fueron hechos para sostenerte, ¿no?

renjun rió mirándolo desde abajo, a través de sus pestañas con suavidad.

-parece ser así.-respondió bajo.

-fueron tantas las noches que me miré al espejo y me dije a mi mismo que me gustabas mucho, que debía decírtelo pero simplemente no podía, me encontraba tropezando en la oscuridad, con un miedo razonable hacia lo desconocido, hacia no saber cómo ibas a reaccionar.

-jeno...

-¿si?

-siento lo mismo que tu. digo, no se si ya con la misma intensidad pero tu me gustas.-lo miro, aún abrazándolo con fuerza.-me gustas mucho y se siente correcto estar así, aquí, contigo. no quiero que jamás te sientas solo, quiero de alguna forma ser tu hogar, hacer que tu corazón se sienta lleno.-sonrió, luciendo tan tierno como siempre.-quiero ser todo lo que buscas jeno.

jeno no sabía que decir, era increible lo lejos que había llegado, el tener a renjun en sus brazos, el haberlo besado más de dieciocho veces, el llevarlo a su casa todos los días, salir a pasear, sostener su mano, abrazarlo de cualquier forma pues siempre terminaban encajando, estaba tan correcto, estaba tan bien todo lo que sentían, querían sentir eso para siempre.

-¿me estás diciendo que aveces soy la razón de tu hermosa sonrisa?-pregunto presionando su mejilla con su dedo.

renjun rió rodando los ojos.

-si, jeno, la mayoría de mis sonrisas son causadas por ti.

el mencionado se movió, sentándose para quedar frente a él.

-entonces si te digo que quiero ser el último, ¿lo aceptarías?

-¿el último?

-tu último novio, tu último beso...-susurró pasando su pulgar lentamente por sus labios.-¿te gustaría?

renjun miro su rostro con atención, leyendo su expresión con detenimiento, mirando de sus ojos a sus labios, tan cerca que con ayuda de la luna podía ver sus hermosas pestañas. sonrió esta vez tomando su rostro entre sus manos para asentir efusivamente.

-bien. pero quédate conmigo siempre, cuídame y cúbreme, yo haré lo mismo por ti.

-¿por qué estar contigo siempre se siente como enamorarse un poco más?-gruño acercándose para abrazarlo nuevamente.

sus labios presionándose en el cuello del rubio, escuchando su lenta respiración. estuvieron así por un buen rato, una linda canción de cuna siendo tarareada por jeno mientras se balanceaban aún abrazados.

a las diez decidieron regresar a casa, sabiendo que sus hogares en sus corazones estaban ordenados y en perfecto estado. con sus manos entrelazadas jeno dejó a renjun en la puerta de su casa, luego de un dulce beso, dispuesto a irse.

pero renjun sonrió, sonrió por encima de su hombro.

-¿quieres quedarte?

jeno se preguntó qué había hecho bien en su vida pasada, o tal vez había sido en esta, pero estaba feliz de que las recompensas fueran de esa manera.

-¿no estás cansado?

renjun negó extendiéndole su mano.

-vamos, no seas tímido. somos novios.

y jeno asintió, olvidando todo en ese instante, olvidando que apenas tenía dieciocho y que no había avisado a sus padres. pero renjun le recodo hacerlo más tarde y ellos estuvieron de acuerdo, los padres de renjun también estuvieron de acuerdo con que él durmiera allá pero le dijeron que mantuvieran la debida distancia.

jeno en ese punto ya estaba rojo como un tomate.

se recostaron juntos, sus rostros cerca del contrario, sus manos debajo de sus respectivas almohadas y las palabras no eran necesarias. solo vagas sonrisas, risitas bajas y besitos robados.

-¿que me hiciste?-pregunto renjun.-estoy tan enamorado de ti.

jeno sonrió cerrando sus ojos.

-solo me esforcé un poco mucho.

-lo hiciste...-susurró cerrando los ojos.

-te amo.

renjun abrió los ojos antes de recostarse en su pecho mientras se acurrucaba, restregando su precioso rostro en el.

-te amo, mucho, en serio.

y con aquellas declaraciones dichas ambos durmieron, dándole gracias a las estrellas por la existencia del contrario, por tenerse en sus vidas de esa manera.

BOOM! [noren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora