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LETTER

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LETTER

ESTABA ACOSTADA EN SU CAMA completamente despierta mirando al techo como lo más interesante del mundo, y en ese momento si lo era.

Extrañamente no podía dormir, tenía un presentimiento no muy bueno desde que se ocultó el sol, tal vez por estar en una ciudad llena de vampiros.

O talvez no.

Cerró brevemente los ojos, sintiendo como finalmente el sueño la estaba venciendo para tener su merecido descanso.

Y justo en ese instante sonó algo en la planta baja.

Maldita sea” maldijo en su mente, habían interrumpido su momento de gloria.

Bajó las escaleras con pereza y el seño fruncido, iluminando sus ojos para poder ver bien y no tropezar con algo, miró hacia todos lados hasta que vio un sobre en su puerta, dedució que lo habían pasado por el espacio debajo de esta así que con cuidado abrió el sobre.

Admirando la delicada letra que estaba plasmada en el papel leyó la carta, la cual dictaba que estaba invitada a la fiesta que iban a dar los Mikaelson.

¿Quienes eran esos? Cheryl estaba demasiado confundida, no conocía a nadie como para ser invitada a una fiesta, por lo que no sabía nada de un tal Mikaelson.

A menos que.... Hope.

Sonrío levemente mientas negaba con la cabeza, definitivamente era un ser sobrenatural, lo más probable una bruja, la castaña no había podido detectar su olor.

La fiesta era el otro día por la noche, así que suspiró y volvió a la cama, pudiendo por un milagro conciliar el sueño.

Tal vez la llegada de la carta fue lo que le impedía dormir.

Despertó a las 12 del medio día con la energía recargada, miró su mesita de noche donde descansaba la carta, bufó levantandose de la cama para dirigirse al baño e ir a comprar un vestido para esa fiesta, no tenía nada más que hacer

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Despertó a las 12 del medio día con la energía recargada, miró su mesita de noche donde descansaba la carta, bufó levantandose de la cama para dirigirse al baño e ir a comprar un vestido para esa fiesta, no tenía nada más que hacer.

Además de tener el leve presentimiento de que si no iba algo malo podría pasar.

Después de estar lista salió de su casa con dinero y las llaves llendo a la tienda más cercana mirando los vestidos.

Nunca había sido muy de vestidos.

No porque no le gustaran, si no porque siendo lo que es no podía permitirselo a sabiendas de que probablemente el vestido terminaría hecho jirones o lleno de sangre a los días.

Analizo detenidamente los vestidos, quería verse elegante y dar una buena impresión, no cualquier día te invitan a una fiesta, o al menos a ella.

Al final escogió uno negro con azul (multimedia ejemplo) aunque no tenía mucha experiencia en la moda le pareció muy bonito y un logro tener un buen gusto al menos para eso como diría Caroline.

Caroline.

No sabía de ella hace 2 días, le había prometido llamarla pero no había tenido tiempo para acordarse.

O quizás sentía culpa de irse.

Debía enfrentarla, no podía dejarla así, tal vez estaba preocupada o en peligro y ella no había hecho nada.

No, no iba a pensar en eso, debía dejar sus preocupaciones a un lado o iba a colapsar y se rehusaba a revivir esa sensación, despejó su mente y fue inmediatamente a pagar, sintiendo que sus colmillos querían salir.

Una vez salió del lugar se dirigió rápidamente a su casa para llamar a Caroline y tranquilizarse, sentía como el control se estaba esfumando de su cuerpo hasta que vio la puerta de su casa y el alivio recorrió su cuerpo.

Cuando estuvo dentro de su casa dejo la bolsa con el vestido en el piso y tomó su celular, marcó el número de su mejor amiga, esperando que contestara.

—¿Aló?—

—Hola Caroline—Habló con una sonrisa, aunque sabía que no la veía.

—¡Cheryl! Ay Dios mío, ¿Cómo estás?—Sonó preocupada.

—Estoy bien Caro, aquí es genial en cierta manera, voy a ir a una fiesta hoy—Informó.

—¿Fiesta? ¿De quién?—

—Un tal o tales Mikaelson, recibí una invitación—Le restó importancia.

—Ah... Genial—Su voz sonaba sorprendida, su corazón latía rápido, como si tuviera miedo.

Y lo tenía ¿Cómo diablos había conocido a los Mikaelson? ¿Cómo le enviaron la invitación? ¿Sabrán que ella es su amiga?.

—Bueno Caro, llamaba para saber si estabas bien y para escucharte, ya me tengo que ir, necesito arreglarme—

—Esta bien, oye, cuídate mucho, ¿Si?—

—Si, lo haré, adiós rubia—Y colgó la llamada, se sentó en una silla poniendo su mano en su frente.

Suspiró pesadamente sabiendo que algo no estaba bien con los tales Mikaelson, algo debían ser o debieron hacer para que Caroline se asustara con la mención del apellido.

E iba a descubrir el porqué.

E iba a descubrir el porqué

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Sweet But Psycho ━ Niklaus MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora