Capítulo 1

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Quisiera iniciar con que no, no estoy loca, no, no son inventos de mi cerebro en la búsqueda por dejar la soledad, porque sí, he tratado de de no pensar, de no extrañarlo, de no necesitarlo, pero él siempre regresa.

Me di cuenta de que era algo de lo que tenía que encargarme a los trece, iniciando mi vida de adolescente, con mi primera menstruación y todos esos nuevos cambios por los que cada chica pasa. De pequeña siempre supe de su existencia, pero, así como en las películas donde los jóvenes por miedo a que sean llamados locos deciden no contar lo que ven, lo que los acompaña, así me encontraba yo.

Volviendo a mis años de juventud, recuerdo que una amiga siempre comentaba que hablaba como si alguien más nos escuchara, como si lo que yo le decía siempre eran en plural, para mí era tan normal ignorarlo, pero saber que estaba ahí, que en ocasiones olvidaba que solo yo podía verlo. Para estos tiempos aún no sabía cómo interactuar con Len, ¿Cómo le hablas a un fantasma?, Sí, estaba conmigo desde hacía mucho tiempo y probablemente de pequeña sí interactuábamos, pero ahora, no sé en qué momento volvimos a ser dos "extraños" (como si no fuese ya todo muy extraño).

Para esos tiempos recuerdo que mi amiga no lo tomó mal, cuando le propuse la posibilidad de que fuese nuestro "amigo imaginario", claro, para ella no significaba como para mí, pero eso me daría un poco más de tranquilidad. Llegando a aceptarlo, ella decidió buscarle un nombre, en realidad, su nombre real se lo puso ella, así que seguiremos con la idea de que este fue Len.

No sé si las demás personas pensaron que estábamos locas, pero yo me encontraba agradecida de poder compartir, aunque fuese por partes, en lo que me encontraba viviendo. No es tan fácil llegar y decir "Hola, soy Mar y tengo un Amigo Imaginario llamado Len", no, esto no es Alcohólicos Anónimos, no quiero dejarlo, no quiero superarlo y a decir verdad, no me está matando.

"Amigo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora