I. Como si fuera un verano cualquiera
-¿Diga?
-¿Quién habla? -resopla una voz masculina que me hace sobresaltar
- ¡Vaya, te había olvidado! -respondo mintiendo a medias
-¿Quién es? -repite él haciendo como si también me hubiera olvidado
-¡Adivina! -suspiro, ya cansada
- T/N_ Albarn, puede que sigas teniendo edad para jugar a las adivinanzas, pero yo no. ¡Madura un poco!
-Genial -contesto con ironía y una sonrisa falsa- Louis Partridge, te concedo la medalla del chico que tiene seis meses más que yo, aún cuando no hayas hecho absolutamente nada para merecerla. ¡Y que se cree tan superior y maduro que no puede evitar recordarle al mundo entero que ya no es un niño!
-¿Desde cuándo tú eres el mundo entero? -me replica en un tono provocado- Estabas igual de fastidiosa pero mucho menos pretenciosa la última vez que te vi.
- Está bien, no necesitas recordarme esa horrible época en la que vivíamos juntos a la fuerza ¿Que quieres?
- Solo quería molestar a mi hermanastra hasta que me colgara -ríe al otro lado de la línea
- Deja de llamarme así, no soy nada tuyo y te doy cinco segundos para decir algo inteligente o simplemente útil antes de que cuelgue. Cinco.. cuatro.. tres..
- ¡Solo dile a mi mamá que voy a regresar! ¡Hasta pronto, Albarn!
Vete al diablo.
No sólo colgó antes de mi. No sólo me llamó por mi apellido y odio eso. Encima de esto, no tenía previsto que regresara tan pronto.
Las vacaciones de verano acaban de comenzar y esperaba que, en su internado para chicos ricos fuera de control, tuvieran clases más tiempo de lo normal. Que extraño, no escuchamos hablar de su entrega de diplomas de cierre de año escolar. O tal vez su excelente madre no se dignó a ir. O Louis sigue jugando al rebelde y se negó a participar, eso suena a algo que él haría.
Ese es Louis Partridge, el chico popular, el alumno distraído y temido por los profesores, el chico que con cuya rebeldía y gracia encanta a todas las chicas.
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JUEGOS PROHIBIDOS - Louis Partridge
Teen FictionA los 15 años conocí a mi peor enemigo. Solo que Louis era el hijo de la nueva esposa de mi padre y eso nos obligaba a vivir en la misma familia, aunque no tuviésemos ningún vínculo de sangre. Entre nosotros la guerra estaba declarada y no aguantarí...