-¡No soy tu omega!, deja de pensar esas cosas, no eres más que un fastidio para mí, además ¡tú! No serias nada digna para una omega como yo.
En ese momento, Mina había sentido como la opresion en su pecho se había hecho cada vez más grande, escucha...
La luz del día anunciaba una nueva mañana, Nayeon se estiró levemente mientras daba un largo bostezo, se sentía extraña, y demasiado cansada, quería levantarse pero algo se lo impedía, frunció el ceño y buscó lo que lo impedía, y allí encontró un brazo sobre su cintura, rodeándola, y allí fue el momento preciso en que recordó lo que había pasado.
— ¡Me marcaste! — soltó de repente girándose de manera brusca y empujando a Jeongyeon haciendo que se despertara alarmada, abrió los ojos y miró hacia la omega que no se veía para nada contenta, y luego miró hacia la marca que le había hecho — ¡¿En qué demonios estabas pensando?!
— ¡No me grites! — Jeongyeon se estaba molestando — Además me lo has pedido.
— Se ve que no puedes controlar tus malditos instintos salvajes — tocó en donde tenía su reciente marca, dolía un poco — maldición, maldición, me has marcado, y sin cortejo, ¡mi mamá va a matarme si se entera de esto!
— No creo que lo haga — mencionó Jeongyeon revolviendo sus cabellos, esa omega es muy exagerada, pero no importaba, por medio del lazo podía sentir que efectivamente estaba muy alarmada — debes tranquilizarte, estaré allí cuando se lo digas.
— No, no lo entiendes — mencionó Nayeon — mi madre va a matarme cuando se entere, y seguramente a ti te irá peor, ¡¿cómo demonios pude dejar que me marcaras?! Se suponía que esto no debía pasar — Nayeon cubrió su rostro con sus manos restregándolas para poder procesar el como le iba a decir a sus padres sobre esto.
La alfa la miraba de soslaya, sabía que Nayeon estaba preocupada, y no quería que lo estuviera, por su parte ella se encontraba más que contenta, estar por fin unida a su destinada le parecía lo mejor, y esperaba que Nayeon también sintiera lo mismo, claro que no había sido en un momento muy adecuado, de eso estaba segura Jeongyeon, pero en verdad estaba agradecida que por lo menos aquella omega rebelde no se haya dispuesto a dispararle flechas para matarla.
— Omega — la omega la miró solo por unos instantes — relájate, ambas hablaremos con tus padres — le dedicó una sonrisa para poder tranquilizarla — debes dejar esa preocupación de lado, tu alfa está aquí para protegerte.
— No eres mi alfa — respondió Nayeon.
— Lamento decirte que eso no es una realidad — mencionó Jeongyeon — tal vez no sea la predestinada que tanto buscabas y anhelabas, pero me gustaría que me aceptaras.
— ¿Cómo piensas que te aceptaré cuando me has marcado sin siquiera haberme cortejado?
— Por favor — mencionó Jeongyeon con una voz más apacible — lamento que mis instintos hayan tomado por completo el control, pero, en verdad me gustaría darte el cortejo que mereces.
Nayeon sintió como una de las manos de Jeongyeon se colocaba justo sobre la suya, y esa corriente eléctrica que recorrió su cuerpo por completo con solo aquello, destinadas, eso es solo lo que significaba aquella sensación, calidez invasora que recorría tu cuerpo de inmediato y con una mirada que sabías que terminarían juntas por toda una vida, Jeongyeon es su destinada.
La omega sonrió mirando las manos, y con esa sola acción, le había dicho a Jeongyeon que aceptaba su cortejo, y que definitivamente estaría dispuesta a estar con ella para toda una vida, después de todo ambas estaban unidas, y por fin el lazo del destino es tranquilo, porque la unión ha sido hecha y nada ni nadie podrá romperla.
— Está bien — habló Nayeon sonriendo hacia la alfa —, pero ni creas que te salvarás de la paliza que mi padre te dará cuando se entere.
— Tomaré ese riesgo mientras puedas dejarme estar a tu lado.
— ¡Por supuesto que sí!
Jeongyeon juntó su frente con la de la omega y cerró lo ojos dándole las gracias, Nayeon sintió su corazón comenzar a latir de forma desenfrenada por aquella cercanía y por las acciones de la alfa, pero se sentía tan bien aquello, que decidió cerrar lo ojos para disfrutar de ambos aromas mezclados. La perfecta combinación.
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