Luego de tres años posteriores a la muerte de Alicia, Jordán siguió adelante y trató de buscar una forma de hacer justicia pero las cosas a veces no salieron como él quería. El viajaba por el mundo, representando a la empresa que fundó en conmemoración de su amada y fallecida esposa debido a ese monstruo que se alimentó hasta la última gota de vida que había en ella.
Lamentablemente, cada vez que hablaba sobre aquella ocasión, era insultado y tachado como loco, las personas lo veían como si estuviera delirando pero no levantaron su nariz hacia él, a causa de su gran fortuna.
Durante uno de sus viajes, se encontraba por Europa donde estaba en busca de nuevas oportunidades para seguir intentando conseguir una posible cura contra los parásitos de Chiroptera. Más adelante, durante un negocio con un gran funcionario del gobierno en la capital se dedicó a hablar sobre la situación para tratar de conseguir un mejor apoyo financiero para la búsqueda de una solución. Pero fue rechazado por la falta de veracidad de sus palabras.
Hasta que un día, él tuvo la suerte de conocer a una familia de clase media que vivía a las afueras de la capital, en la cual logró escuchar y observar mediante los rumores a un integrante con los mismos síntomas que Alicia, entonces desesperado y determinado, solicitó una audiencia con la jefa de la familia, la señora Rose Campos, una mujer viuda que era delgada y alta, parecía que la enfermedad de su pobre hijo, había desgastado su vitalidad y juventud.
Jordan había explicado su experiencia cercana a este problema de salud, le dio consejos a la señora Rose, advirtiendo constantemente del peligro en el que se encontraba el joven, ella estaba demasiado indispuesta a escucharlo, pero era el único hombre que le había dado un tratamiento, por lo que algo reacia, está dio la orden de iniciar el proceso de recuperación para su hijo, según las indicaciones de Jordan. La señora Rose escéptica sólo pudo esperar con paciencia a que su joven hijo mejorará.
Tras pasar el tiempo, la familia Campos se dieron cuenta del cambio en la salud del enfermo, Rose a regañadientes se dio cuenta de que Jordan tenía razón y cuando la dolencia que tanto sufrimiento había traído a la familia había desaparecido. La señora Rose agradecida y con respeto, decidió enviar una carta relatando los hechos que le habían ocurrido y dando una promesa de colaboración para expandir su investigación.
Jordan que se encontraba en su hogar, recibió las noticias con alivio y satisfacción, respondiendo a la carta de la Señora Rose, sellaron el contrato entre las familias.
Los estudios a partir de ese momento se enfocaron aún más en los hechos y observaciones de las dolencias que el hijo mostró al principio de su contacto con aquellas extrañas formas de vida, para buscar una respuesta a lo que pasaba o una probable contramedida para atacar y erradicar aquellas viciosas bestias, lo que podría significar el fin para los problemas y así evitar la pérdida de vidas más adelante.
Finalmente, todo el esfuerzo de Jordán para encontrar la cura, dieron sus frutos, lograron crear un líquido que mataba a las criaturas en su estado más débil y su mejor momento, los científicos contratados para crear este repelente, con el tiempo fue evolucionando para ser inofensivo en los seres humanos. Con el tiempo múltiples casos se revelaron, dando credibilidad a la teoría de Jordán.
Luego de que se le declarara de manera oficial la existencia de estos seres y su forma de eliminación, se celebró en varios países europeos, una ceremonia dedicada a él y también en honor a su difunta novia, aunque Jordán aún no se sentía satisfecho con encontrar la cura, varios gobiernos le pagaron millones de libras o euros, por haber hecho una gran contribución contra el parásito más mortal "El parásito del cuarto".
De regreso a la ciudad de su primer hogar, decidió a hacer una visita a su amada Alicia, que descansaba en el cementerio cerca de su primera casa, la casa que debía haber compartido con su esposa, pero que aquel mísero monstruo le había arrebatado. De pie a la tumba, donde la inscripción decía: "Alicia Villanueva, Amada esposa y querida hija. Descansa en Paz"
Y con una disculpa en forma de susurro, finalmente logró encontrar aquella paz y felicidad que había perdido después de su muerte, acercándose a la lápida dejó un ramo de flores con los colores más vivos y hermosos, miró por última vez la inscripción en ella para finalmente darse la vuelta y nunca volver.
Derramando las lágrimas que apagan un amor que no podrá volver a vivir en su corazón, liberándose de las cadenas que lo mantenían en el cruel pasado y caminando hacia su nuevo futuro.
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El parasito del cuarto
Fiksi PenggemarDurante años luego de la muerte de su esposa, Jordán aun sentía una terrible culpa, un remordimiento de no haber escuchado a su esposa y creerle, aun cuando se encontraba delirante. Ahora era tachado como loco, solo por buscar una forma de encontrar...