I. release

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Apenas ingresa en el local nocturno toma una profunda inhalación, lo primero que nota en el ambiente es que el aire está viciado de toda clase de aromas: alcohol, sudor, excitación, castas mezcladas

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Apenas ingresa en el local nocturno toma una profunda inhalación, lo primero que nota en el ambiente es que el aire está viciado de toda clase de aromas: alcohol, sudor, excitación, castas mezcladas. La música está demasiado alta; los decibelios le aturden los oídos apenas traspasa la puerta y al preguntar a una camarera dónde está la zona VIP prácticamente tiene que gritarle en el oído. Las luces de colores acompañan a Bakugo en su subida por las escaleras hacia el segundo piso. Tras el palco y pasando el paraban está la mesa que el idiota de Deku y Shoto han reservado. No es devoto de acudir a este tipo de lugares, pero si lo hace con amigos parece divertido.

Busca al torpe de su novio, pero en el sitio reservado solo puede ver al Mitad-Mitad, cabeceando como si estuviese a punto de quedarse dormido. Lo cual es una locura teniendo en cuenta que la música está haciendo vibrar el suelo.

Ey —saluda dándole un golpe en la frente con la punta de su índice—. ¿Has visto a Deku? Acordamos vernos aquí a las nueve. —Toma asiento a su lado luego de quitarse el abrigo. Puede verlo algo distraído, así que oscila su palma abierta delante de su rostro—. Tierra llamando a Todoroki.

Y justo cuando empieza a plantearse si ha entrado en estado catatónico, el aludido parpadea. Shoto apenas le ha notado llegar; entorna esa mirada dispar para asegurarse de enfocarle y, una vez comprueba que de verdad es Bakugo, se empina de un trago el medio vaso de Whisky que le queda.

—¿Qué hora es?

Bakugo alza una ceja. Si aún le quedaba alguna duda, el tono del bicolor termina de confirmar sus sospechas: está ebrio. Puede notarlo en la manera en la que sus vocales ruedan un poco de más, o en ese ligero tono de rubor en sus pómulos.

—Nueve y poco más.

Todoroki gruñe como respuesta. Incluso como un adulto hecho y derecho —la mayoría del tiempo— la edad no le ha hecho amar este tipo de lugares. Está aquí porque resultó conveniente y Midoriya parecía tener ganas de celebrar el último éxito de unas largas y complicadas negociaciones por las que llevan meses luchando en el trabajo. Sin embargo tal vez ha bebido demasiado, y si alguien pide un motivo para ello tendría que mentir. No puede decírselo a nadie, ¿con qué cara?

Ha pasado bastante tiempo desde que Midoriya le presentó a su prometido, casi un año, y el estúpido flechazo que sintió la primera vez que se topó con esos ojos carmines no ha hecho más que afianzarse hasta el punto en el que está seguro de lo evidente: se ha enamorado de Bakugo. Lo cual es una mierda, porque es la pareja de su mejor amigo y van a casarse en un par de meses. Escuchar el entusiasmo de Midoriya al respecto solo le hace sentirse más miserable, así que ahoga esa frustración en demasiadas copas. Fingir que se alegra sigue siendo duro.

Katsuki le arranca de sus pensamientos cuando le quita el vaso para hacerlo a un lado. Una olisqueada superficial es suficiente para adivinar que es un Johnny Walker. Vaya, pensó que pediría algo más interesante. El Whisky es para llorar; aunque tampoco le sorprende, seguro el bastardo ni sabe beber.

Catarsis ⌜ ᵀᴼᴰᴼᴮᴬᴷᵁ⌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora