𝒜𝓂𝑜𝓇 𝒸𝒶𝑒𝒸𝓊𝓈 𝑒𝓈𝓉

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—Puedes jugar todo lo que quieras, al final no permitiré que mi hijo se convierta en un bailarín exótico ...—Asevero sin quitarle los ojos al montón de papeles en su escritorio.

— Señor, Prem todavía es joven, es normal que tenga ese tipo de aficiones. —Agrego su molesta secretaria, una risa burlona abandono sus labios carmesíes desde el otro lado del escritorio.

—Es danza, danza contemporánea papa. —Respondió levemente para sí mismo evitando el contacto visual, ni siquiera le importaba aquel comentario, después de todo lo había escuchado un millón de veces.

Prem estaba determinado a ganar la competencia de aquel año, quería probarse a sí mismo, quería probar a su padre que la danza no era solo un pasatiempo, que era su pasión y realmente daría todo por ello, sus manos giraron la manilla de la puerta, saliendo de la oficina de su progenitor hasta descansar de espaldas contra la puerta.

— Se nos hace tarde —Espeto Kao llamando su atención, para continuar su rutina y llevarlo a la universidad, conocía bastante bien el temperamento de su hermano, por eso evitaba cruzar los limites así que siguiendo sus pasos se agacho para colocarse los zapatos, después de todo no podía llegar tarde.

A pesar de haberse unido a la vida de Kao ligeramente tarde, ambos habían desarrollado una relación de común acuerdo, en la que uno no invadía la vida del otro y había funcionado bien, a pesar de que a veces se sentía extrañamente distanciado, pero de que iba a culparle cuando no era nada mas que el hijo de la «amante», como le dijo una vez, se sentía responsable, como si hubiera arruinado su vida.

—P'Kao. —Hablo dejando unos ligeros toques en la parte delantera del auto, el pelinegro iba conduciendo concentrado en la vista frente a él.

—Sabes, nunca te había visto tan enojado, ese día cuando fuiste a mi facultad peleaste con un chico...—Con dificultad pensó en como introducir la pregunta, notando como el mayor apretaba el volante.

— ¿Qué pasa con eso? —respondió sin quitar la vista del camino.

Prem jugueteo con sus manos nerviosamente. —Uno de mis amigos del club, trabajara con él para el festival, entonces pensé en preguntarte ¿Qué piensas al respecto?

—Es un bastardo. —, respondió cortante, frenando su auto en la entrada, el pelinegro se giró fijando su mirada en sus ojos, como si supiera con exactitud que estaba pensando.

— ¿Y tú, a quien escogerás?

Prem sonrió, era la primera vez que recibía una pregunta de ese tipo de parte del mayor, de alguna manera pensar que estaba al menos un poco interesado, lo hizo feliz, pero sabía muy bien que esa no era su intención.

—Pensé que no te importaban esas cosas. —, respondió inclinándose con el objetivo de amarrar sus agujetas, el silencio reino entre ambos, cuando Kao acepto con normalidad dejándolo justo frente a la puerta, Prem salió del auto, dirigiéndose hacia su primera clase.

Los pensamientos invadían su mente mientras miraba fijamente al pizarrón, con la mano en su mentón encendió la pantalla de su teléfono, esperando que las horas avanzaran rápidamente, ni siquiera sabía con exactitud lo qué haría, pero tenía que hablar con el susodicho.

Para su alivio, la clase término más rápido de lo que pensaba por lo que se apresuró sin demora a llegar hasta al club, sus responsabilidades dentro del club en el que erigía como presidente solían ser agotadoras, al llegar cerró la puerta en busca de colocarse algo más cómodo, rápidamente se deshizo de su ropa, bajando con dificultad sus pantalones que en ese momento parecían más ajustados que nunca.

— ¡Demonios! —, exclamo fatigado por el esfuerzo y antes de que planeara luchar desde el suelo, una voz en su oído hizo que se diera la vuelta.

— ¿Necesitas un poco de ayuda?

El chico retrocedió a punto de caer al suelo, cuando sintió como era sostenido por la cintura, a pesar de su sonrojo pudo sentir como el pelirrubio sonreía graciosamente ante su reacción, así que ignorando la vergüenza le dirigió una mirada fulminante y se separó de su agarre para después recuperar la compostura, le hizo falta un poco más de esfuerzo, pero con éxito deslizo los incomodos pantalones hacia abajo, inclinándose para cubrir su bóxer con unos pantalones de chándal.

—Este es el club de baile, creo que te equivocaste de lugar. —Aclaro tomando sus cosas del suelo, evitando el contacto visual, cuando sintió como el pelirrubio lo tomaba del brazo, lo suficiente firme como para detener sus pasos, un suspiro hizo que se girara nuevamente.

—¿Qué quieres? —, reitero enojado.

—Eres más interesante de lo que pensé, ha pasado exactamente una semana, pero todavía no me has dado una respuesta.

Prem suspiro fastidiado, como si se tratara de un motivo totalmente obvio. —No te has imaginado, que tal vez valoro mi dignidad como persona y no quiero que me veas desnudo y menos que me fotografíes.

Boun le dio la espalda tomando asiento en la primera superficie que vio. —Creo que estas menospreciando mi arte, es imposible que pierdas tu dignidad en una pintura. —No te tomare ninguna fotografía, si lo hago capturare lo que eres o peor lo que quieres que vea en ti.

El pelinegro siguió sus pasos quedando aún más cerca, ¿Menospreciar su arte? ¿Eso es lo que había dicho?

— Debes estar loco, primero me echas de tu casa, me llamas acompañante, es más incluso me diste mil bahts y después quieres pintarme desnudo, ¿lo estas entendiendo? Sin ropa, no jeans, no boxers, ¡desnudo!

Exclamo entre ademanes, hasta ese punto sentía que iba a explotar, viendo la serenidad en la que se encontraba el contrario. —Sin contar que me chantajeaste, cuando incluso te salve la vida.

—Sé que significa 'desnudo' es exactamente la forma en la que te imagine, algo como «Desnudo Barroco de German Gedovius o La Venus del espejo de Diego Velázquez», si te quisiera desnudo de otra manera, ya te lo hubiera dicho ¿No crees? porqué no solo olvidas el pasado y hacemos un intercambio.

— ¿Qué es lo que tanto te asusta? —, cuestiono viendo los ojos dudosos del menor, era la primera vez que podía pintar en un largo tiempo, como si hubiera dormido por miles de años y el pelinegro lo hubiera despertado de aquel letargo.

Prem se sintió aún más confundido, deslizando sus manos por todo su rostro, de alguna manera como una ráfaga de luz las imágenes de aquellas pinturas viajaron por su mente, dejándole solo un pensamiento.

El más alto indagaba su rostro pensativo, delineando las líneas que su pincel trazaría en el lienzo.

—No me asusta nada. —, replico mordiéndose el labio inferior.

Boun se levantó dando unos pasos hacia el pelinegro. —Perfecto ¿Entonces que nos detiene?

Levantando su mirada no pudo evitar entrar en su atrayente contacto visual, en la manera tan electrizante en que el mayor lo miraba, porque si había algo de lo que estaba seguro era de ganar, de cumplir su sueño, y sabía exactamente lo que eso requería sacrificios.

—Lo hare bajo una condición.

𝐈𝐫𝐚𝐬𝐜𝐢𝐛𝐥𝐞 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐡𝐞𝐥𝐥 |ʙᴏᴜɴᴘʀᴇᴍ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora