•Parte dos del
anterior capítulo,
tiene las mismas advertencias.☽︎
—A-amo, y-yo... Siento, lo sie-ento...
Jeno susurró, mientras se aferraba con una -sorprendentemente- controlada fuerza a sus propias rodillas para mantenerlas separadas, su cuerpo temblaba insistentemente a causa del placer que se formaba en su pene y testículos. La mano de su amo se movía con insistencia en su falo, a veces apretándolo y otras veces lo acariciaba solo con las puntas de sus dedos.
Luego de que su amo le preguntara su palabra de seguridad, había comenzado a masturbarlo sin tener ni un poco de piedad con él.—¿Uh? ¿Tan rápido mi cachorrito ya no puede formar palabras coherentes? ¿Tanto te gusta comportarte como una puta para tu amo? ¿Te calienta que sea yo quien esté jugando con tu pene, Jeno? ¿O vas a actuar tan patético frente a otros? Estoy seguro que eso te encantaría ¿No es cierto?
El mayor sonrió de soslayo, ver a Jeno así lo estaba excitando como la mierda, sus manitas temblando y de sus mordisqueados labios salían pequeños gemidos que insistentemente trataba de ocultar.
Oh, no era una buena idea hacer eso. Jaemin odiaba realmente que su pequeña mascota ocultara sus reacciones, cada uno de los gemidos de Jeno eran suyos, le pertenecían a su amo. Cada mancha rojiza o morada en su cuerpo eran de Jaemin. Solo él podía tocar a Jeno de esa manera, verlo con sus mejillas rojas por el calor y la vergüenza que invadían su cuerpo.
Simplemente encantador.
—¡N-no! ¡Nono es s-solo... S-solo de su a-a-amo!
Habló entre gemidos, su pancita se sentía caliente y los espasmos hacían juego con los mordiscos que dejaba en sus propios labios... Y de pronto la deliciosa fricción en su miembro desapareció.
—Entonces hazme saber que eres de mi propiedad, hazle saber a tu amo que solo sus manos van a tocarte, Nono.
Jeno asintió torpemente y algo ido debido a el aliento que chocó contra su oído. Él ya sabía qué hacer.