Ya eran las últimas horas de clases, (T/N) moría de ganas con que por fin sonara el timbre para salir corriendo hacia el gimnasio donde cada día practicaba volleyball junto a sus amigas. Este iba a ser su último año dentro de la preparatoria y por ser así, quería hacer el mejor año estando junto ellas, tener los mejores partidos y ganar todos los que puedan. Su sueño era representar el país como su madre una vez lo hizo, ahora se encontraba retirada por su edad, pero aún así, no había fin de semana que ambas recordarán aquella linda época para la mujer. Sadashi Fukushima, quien fue la capitán de su equipo, tanto en la secundaria como cuando fue elegida para representar su país; curiosamente, su hija había logrado tener el mismo papel, casi que parecía algo que corre por la sangre de la familia. Así como su madre, (T/N) logró destacar dentro del volleyball, volviéndose una de las mejores atacantes femeninas dentro de su región.
Con la mirada perdida en la ventana, la voz de la profesora sacó a la joven de sus pensamientos, obligada por la adulta, tuvo que leer lo que quedaba del libro hasta que por fin la campana sonó. Rápidamente guardó sus útiles dentro de la mochila y a la velocidad de la luz fue hasta la puerta, no sin antes esperar que su mejor amiga hiciera lo mismo y terminara a su lado. Ambas se sonrieron y juntas comenzaron su camino hasta el gimnasio donde comenzarían el entrenamiento diario, donde también se encontrarían con las demás chicas. (T/N) se veía emocionada, primer semana de clases, ya extrañaba oler el aroma de la cancha y escuchar las zapatillas resbalar en el suelo cuando se movían de un lado a otro mientras jugaban; Midori, su mejor amiga, había notado aquel estado de ánimo y mientras la miraba, sonreía de oreja a oreja sin poder creer de dónde sacaba tanta energía.
— No me mires así, yo sé que tú también tienes ganas de golpear un par de pelotas — decía (T/N) mientras ponía sus manos detrás de su cabeza.
— Bueno, más que golpear, recibir.
— Llevas tres años siendo libero y aún noto tu...incomodidad.
— Negativo mi querida. No estoy incómoda siendo libero, de hecho, amo serlo. Estar detrás vuestra cuidando de su espalda — decía estirando los brazos como si fuera a recibir una pelota —, que sepan que cuentan conmigo si uno de esos muros logra detener el ataque, yo estaré ahí para evitar que perdamos el set sea como sea.
La libero, Midori, es mejor amiga de la infancia con (T/N), tanto tiempo han estado juntas, que muchas veces parecen una sola persona, como cuando dicen la misma frase al unísono. Midori tenía pelo llegando por los hombros de color castaño claro, sus ojos eran marrones y su piel estaba bronceada producto de haber tomado sol por varios días.
La de mayor altura, sonrió con ojos brillosos al oír aquellas palabras salir de la boca ajena. Hizo un pequeño festejo de alegría y abrazó a la joven por encima de sus hombros. El resto del camino fueron anécdotas suyas durante las vaciones de verano, desde momentos divertidos hasta algunos serios que dejaban el ambiente inundado de silencio, aún así, ambas volvían a su estado normal, sonriendo a la otra y riéndose de la vida. Al llegar, se encontraron con la segunda mejor amiga de (T/N), Ryoko, quien también iba a tercer año, pero de otra clase. La chica miraba atentamente su móvil navegando por las redes sociales, mientras que con su mano libre picaba una pelota de basketball.
— ¿De dónde la has sacado? — Preguntó la de cabellos (C/C).
— La encontré tirada a unos metros de aquí — respondió la chica apoyando la pelota sobre su cuerpo.
Ryoko se podría decir que del grupo de mejores amigas, era la más tranquila, aún así, existían ocasiones donde se podía apreciar su locura compartida con las otras dos jóvenes. Ella, junto a Midori, era conocida por atraer muchos corazones, pero que pocos eran los afortunados. El rasgo que mas atraía, eran sus preciosos ojos celestes claros y pequeñas pecas decoradas alrededor de sus mejillas.
— Seguramente los chicos la habrán dejado fuera, sé que ellos usaron el gimnasio hoy a la mañana — pensaba Midori.
— ¿Usaron nuestra cancha? — Se cruzaba de brazos (T/N).
— Al parecer están arreglando una por una y pues...hoy la de ellos estaba ocupada hasta hoy a la tarde.
— Espero nos toque últimas — dijo Ryoko.
Midori le extendió a la más alta el par de llaves que habían sido prestadas al equipo masculino de basketball y ésta última abrió la puerta, sintiendo una vez más aquel aroma que tanto extrañaba. Extendió los brazos hacia sus costados y gritó feliz a todo pulmón, escuchando a lo último su pequeño eco. Las tres fueron hasta un costado para dejar sus cosas y luego, buscar el cesto donde se encontrarían las pelotas, junto la red. (T/N), acompañada de Ryoko, colocó ésta misma dejándola a la altura indicada. Pronto, comenzaron a llegar las demás. Al final, cuando todas estaban, llegó la entrenadora acompañada del profesor y después el mánager.
— ¡Bueno, bueno! — Gritó Isamu, la mujer — Espero hayan tenido un descanso durante estás vacaciones y que sus energías estén recargadas para seguir partiendo traseros — esto último lo dijo con un tono orgulloso y levantando un puño.
— Umh, no creo que debamos decir eso — dijo Iwao, el profesor.
— Oh vamos, un poco de diversión en el primer día, querido — golpeó amable pero con fuerza, la espalda del hombre. Este tosió un poco.
— ¡Isamu, te he extrañado mucho! — Gritó Jun, otra de las jugadoras, mientras corría a abrazarla.
— Oh, no sabía que había hecho tanto cariño en ti — decía en tono como si fuera a llorar.
Mientras todas entrenaban y practicaban sus remates o, en el caso de Midori, recibir la pelota, escucharon alguien golpear varias veces la puerta de entrada. Todos se giraron a mirar, encontrándose con una jovencita que parecía ser de primer año, su pelo era largo aunque lo llevaba atado en una coleta. La entrenadora se le acercó con una sonrisa en el rostro y preguntó por su nombre. “Nozomi” , susurró algo tímida, Isamu apoyó su mano en el hombro ajeno llevándola al centro de la cancha, las demás hicieron un semi círculo alrededor de ellas.
— Jugadoras, les presento a su nueva compañera de equipo, Nozomi. Es de primer año, así que espero la cuiden y traten bien.
— Seremos lobas, pero no mordemos — espetaba Emiko, otra de las chicas.
— ¿Has jugado anteriormente al volley? — Preguntó (T/N).
— No, sólo lo he visto por televisión, a penas tuve pequeños partidos con mis primos.
— Entonces, has elegido al mejor equipo para comenzar — dijo la capitana con una sonrisa enorme y apoyando sus manos en las caderas.
━━━━━━━━━━━━━━━━━━
✎Nota de autora:
¡Hola! Espero estén teniendo un grandioso día, hoy vengo con el bello de Bokuto quien amo desde el minuto cero que apareció en Haikyuu. Siempre quise hacer un fanfic sobre él, pero no he tenido ni tiempo ni imaginación :') Sin embargo, al fin puedo venir con tremenda joyita...eso espero.
¡En fin! Ojalá les guste la historia, si es así, no olviden de dejar una estrellita y algún comentario. Los horarios serán confirmados en el siguiente capítulo, por ahora, me despido y ¡nos vemos pronto!
BlueWolf☼
ESTÁS LEYENDO
As if it were destiny【 Bokuto x Lectora│Haikyuu!! 】
FanfictionŌkaminoniwa era la escuela donde (T/N) estudiaba y además desde hace tres años, practicaba su deporte favorito: volleyball. Lamentablemente, aquel era su último año, al igual que tres de sus compañeras, por eso mismo quería que sea el mejor de todos...