Capítulo 5

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-¿En dónde estamos? -Preguntó Mia, se encontraba en una cueva oscura y húmeda, hacía muchísimo frío y sus ropas estaban mojadas.

-Parece ser que en una especie de mazmorra -contestó Leonardo.

-¿Cómo llegamos aquí?, no logro recordar nada -

-Ni yo -

Mia caminó a su alrededor, todo estaba a oscuras, hacía frío y el lugar estaba algo húmedo, recorrió el ancho de la mazmorra, que no era mucho.

-¿Por qué estamos tan mojados?- pregunto Mia al tocarse la ropa, no podía ver a leonardo eso era cierto, había muy poca luz pero lo escuchaba al otro lado del lugar ¿cuanto tiempo llevaban ahí?.

-No lo sé -respondió Leonardo - pero muero de Frío-. "Frío", pensó Mia y eso le recordó que ella podía crear fuego, que incluso podía cambiar la realidad a su favor, ella podría sacarlos de ahí.

-Espera- dijo Mia y comenzó a pensar en una manera de escapar, hacerle un agujero al techo, algo...pero no pudo -creo que no estamos en Indigo - dijo Mia pensativa

-¿porqué lo dices?-

-No puedo manipular mi entorno como antes y no siento la energía usual- dijo un poco decepcionada.

-¿No sientes nada de nada?- continuó Leonardo.

-No -pero sabía que por más mínima que fuese podía sentir un poco de fuego, el fuego venía de su interior...este no tenía absolutamente nada que ver con Indigo, el fuego era de ella, y al darse cuenta de eso cerró los ojos y trato.

-¿Qué fue eso?- preguntó Leonardo distrayendo a Mia

-¿Qué cosa?-

-Eso...fue, como una chispa -

-¿Chispa?- Mia sonrió para sus adentros, si se podía. Se concentró más y de su dedo salió una llamita.

-¿Cómo es posible? - Leo se acercó a Mia, la luz del fuego relucía un poco en el lugar, era la primera vez en todo el tiempo que llevaban ahí que Mia lo veía. Su cabello estaba mojado y tocaba la punta de sus ojos, tenía ojeras, se notaba algo cansado y sus ojos grises se veían oscuros, el le sostuvo la mirada con asombro -¿por qué no me dijiste que podías hacer eso?-

-Pensé que ya lo habías notado -dijo Mia y el chico negó con la cabeza

-Eres fascinante -dijo y Mia se sonrojó. -¿Crees que puedas hacerla un poco más fuerte?- el lugar estaba completamente húmedo.

-Puedo tratar -

-Al menos lo suficiente para ver un poco en dónde estamos - Mia con mucho esfuerzo logró hacer de su mano una bola de fuego semejante a una antorcha y con esta comenzó a mirar el lugar, era una mazmorra pequeña, húmeda y con hongos, olía a moho y a sal-

-Parece ser que estamos cerca de la costa -dijo Leonardo y observando mejor pudo ver una pequeña ventanita del otro lado de la habitación - mira- le dijo a Mia. La chica se acercó a la ventana y observó, era de noche.

-¿Crees que sigamos en Indigo?- preguntó Mia tratando de ver mejor el pedacito de cielo nocturno que tenían.

-No lo sé, a juzgar por el sonido de las olas, yo diría que estamos en la costa, si mi suposición es correcta, estamos muy lejos -.

-Espera -dijo Mia observando mejor el cielo nocturno -sigue siendo Indigo - Mia podía reconocer las mismas estrellas que ella había puesto en Indigo desde el funeral de Sammuel.

-¿Cómo lo sabes? -dijo Leo

-Por el cielo -. Leonardo se acercó y se puso detrás de Mia para observar. La chica podía sentir la respiración de Leonardo mover los cabellos de Mia. Después de unos segundos Leo río

-La noche estrellada -dijo. Mia asintió en respuesta.

-La noche estrellada -coincidió -¿cómo lo supiste?- el chico la miró bajando la cabeza, Mia se giro sin apartarse de él y quedaron a centímetros de distancia. Leonardo le dedicó una sonrisa de lado, un poco triste pero al fin era una sonrisa pero no habló, en cambio la observó, a Mia le intimidó su mirada con la luz roja de la antorcha la cara de Leonardo resplandecía de color anaranjado, Mia fijó su mirada en la quijada fuerte de Leonardo. El chico respiró largamente y habló mientras bajaba su mirada.

-Fuiste tu -dijo. En eso una brisa entró desde la ventana y apagó la antorcha, quedaron juntos en la oscuridad bajo el pequeño reflejo de las estrellas.

-¿De que hablas?- respondió Mia y Leonardo pudo sentir el calor de su aliento en el cuello.

-Tu fuiste la que cambió el cielo -dijo -Lo noté el día en que fui a tu habitación- Mi no habló -La noche más bella que había visto -dijo Leonardo. El corazón de Mia comenzó a latir con fuerza, sentía la respiración de Leonardo y se miraban a los ojos intensamente, Leonardo no podía evitar ver el brillo que tenía Mia en sus ojos, se preguntaba si Mia sabría que él podía ver el universo reflejado en sus ojos. El chico dio un paso al frente para acercarse más a Mia, pero la chica sin quererlo se apartó, Leo tomó su conducta como rechazo y se alejó de Mia, pensaba que Mia lo culpaba por todo lo que había sucedido. Cuando Leonardo se retiró Mia sintió un poco de dolor y culpa, pensaba que leonardo debía de pensar que ella era una especie de monstruo.

-Lo siento -Murmuró Mia. Leonardo quedó en silencio -Lamento mucho lo que le pasó a tus padres, para esto el chico se giró para verla y le tomó el rostro con las manos, la llevo hacia donde habia mas luz. Mia se quedó inmóvil y dejo que Leo la llevara sin saber que esperar. Leo le alzó la cabeza a Mia y el bajó la suya

-¿Que dijiste? -dijo Leo. Su rostro a centímetros de Mia.

-Lo lamento -respondió la chica. Leo la sostuvo del rostro un tiempo más mientras la miraba intensamente, después de unos segundos la soltó-

-No entiendo -murmuró Leonardo mientras se alejaba de ella. Mia quería hablar, contestar pero su voz fue acallada por unos pasos fuertes que se dirigían hacia ella.

INDIGO 2 (Visionarios)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora