Morte || Jimsu

Corps

Con un humeante vaso de café negro en mano, Jimin le sonríe a la ojerosa muchacha que le atendió en la cafetería y la misma asiente, sin saber qué significó ese gesto, el castaño se da la vuelta, caminando enseguida hacia la puerta. Cuando ya está fuera del establecimiento y va directo a su Elantra, agradece a cualquier dios, o angel que la cafetería ofreciera servicio las veinticuatro horas del día; el delicioso aroma que emana el vaso de cartón en su mano derecha lo hace sonreír mientras entra a su automóvil. Deja el café en el portavasos y enciende el carro, la tranquilidad de la calle más el suave ronroneo que produce el motor le generan un increíble sentimiento de paz.

Aún cuando está consciente de que va directo a reunirse con un cadáver.

Cuando recibió una llamada hace aproximadamente una hora, cerca de las dos de la mañana, se molestó un poco, ¿quién en su sano juicio llamaba a la gente a tales horas?

"Lamento molestarte pero sabes que Lee está en Gunpo." Sí, lo sabía.

"Está bien, tan solo dame unos minutos."

El entumecedor frío es lo primero que lo recibe al bajar del vehículo. Bebe un poco de su café y duda sobre si fumar un cifarrillo antes de entrar o no, finalmente, presiona el botón con el pequeño candado cerrado que está en el control que cuelga en su llavero y avanza al gran edificio gris.

Al entrar todo es tan silencioso como afuera, sólo Jisoo lo recibe con una cálida sonrisa acompañada de una breve reverencia y Jimin responde con la misma amabilidad. Camina por los pasillos con confianza hasta que localiza su sala, de tanto movimiento una gota de su ya no tan caliente café cae en el dorso de su mano pero, debido a la baja temperatura, ni siquiera se inmutó.

"Por fin llegas," El castaño le sonríe al alto hombre que estaba esperándolo. "¿sabes cuánto tiempo tengo aquí parado?"

Ya estando en la sala, el inconfundible olor a muerte reciente ingresó de lleno a sus fosas nasales. Sobre la plancha de frío metal estaba el cuerpo inmóvil de lo que parecía ser un joven y, recargado sobre la plancha a su costado, estaba Namjoon, uno de los peritos del lugar y mejores amigos de Jimin.

"Ni idea, ¿cuarenta minutos, quizá?" Otro sorbo a su café antes de quitarse el pesado abrigo y meterlo en uno de los tantos cajones del mueble metálico que estaba detrás de él.

"Algo así y, si hubiera sido un poco más, el chico estaría ya con lividez."

Jimin toma una de las batas desechables, un gorro, los lentes y la mascarilla para proceder a ponérselas.

"Eso no te lo discuto," Observa de reojo al cadáver, desde su pocisión, solo alcanza a ver sus negros cabellos. "cuéntame."

"Bueno... su nombre es Min Yoongi, diecinueve años, sobredosis de fluoxetina, necropsia realizada."

"¿Le drenaron líquidos?

"Se la hizo Xu, sólo drenó el estómago."

Jimin suspira en cuanto acaba de vestirse con lo necesario, se ajusta por última vez los guantes de látex y camina hasta el cuerpo, pasando al lado de Namjoon, quien mira todo atentamente. En cuanto el castaño está frente al chico, lo primero que nota es lo blanco y delgado que era el muchacho.

"¿Hace cuánto murió?" Jimin paseó su mirada entre el pecho y estómago de Yoongi, observando cómo la costura en la piel estaba cuidadosamente realizada; siguiendo el recorrido, llegó hasta los brazos del joven, topándose con feas cicatrices y una que otra herida abierta en la parte interior de las muñecas ajenas, lo mismo se apreciaba en los muslos del pelinegro.

"Hace dos o tres horas."

"Está muy bien conservado."

"Dicen que esa es la magia de Minghao." Jimin asiente no tan consciente de qué fue lo que dijo Namjoon, está pasando sus dedos por las cicatrices en los muslos del cuerpo inerte. "Bueno, me voy, estás empezando a verte escalofriantemente raro. La foto está en la carpeta, junto al expediente completo y la ropa en aquella caja."

"Nos vemos."

Y así, Jimin fue dejado casi completamente solo, su única compañía sería el rígido cadáver frente a él, como casi todos los días.