Un disparo, sangre
Otro disparo, un cuerpo cae.
Tres disparos, una vida comienza a desvanecerse
Cuatro y cinco, ya no hay vuelta atrás para lo que se hizo.
El castaño solo podía ver ante sus ojos como aquel chico de tan joven edad caía ante sus pies, sin un rastro de vitalidad en sus ojos. La pistola se resbaló de sus manos y cayó al suelo, siendo el único ruido que se podía escuchar en la sala.
A sus oídos llegó el sonido de alguien gritando su nombre, y luego una melena de un color naranja moviéndose con velocidad hacia el cuerpo, ya casi sin vida, de su subordinado. Sujetándolo con fuerza, mientras que él no se podía mover.
"Bien hecho... Dazai-kun."
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—Finalmente somos libres...
Dazai le echó una mirada mortífera hacia su compañero al oírlo, el cual estaba de espaldas a él y lideraba el camino hacia... Bueno, no lo sabían, después de todo, todo ocurrió bastante rápido. Lo único que sabía en ese instante es que estaban por tomar el auto de su compañero para alejarse lo más que podían.
—Finalmente en casa, tú y yo... Solo estando nosotros. El mundo es nuestro, ¿No?
—No, eso no es así.
Chuuya, sorprendido, volteó a ver a hacia el más alto, el cual ya no lo estaba mirando y le había dado la espalda, así como el de hebras naranjas había hecho momentos antes. Frunció ligeramente su ceño, no tenía los ánimos suficientes para pelear con él ahora mismo, por lo que solo suspiró derrotado.
—Entra al auto.
—Esto no ha terminado.
—... ¿Qué?
Genuinamente confundido, el pelirrojo dejó salir esa pregunta de sus labios, obteniendo como respuesta que Dazai volteara a verlo, que lo volteara a ver con genuina furia en sus ojos, algo que no había visto en él desde... Bueno, en esas horas lo vio, y al igual que en ese entonces le aterraba.
—Aunque ese chico esté muerto, sigo mirando todo rojo. Soy solo un caparazón vacío el cual acabó con su inocencia.
No había que ser un genio para darse cuenta del rastro de dolor que quejaban en el aire las palabras de Dazai, el cual por primera vez parecía estarse rompiendo, parecía estar mostrándose ser humano por una mísera vez. Verle así era sin duda una sorpresa para el mayor -por meses- de ambos chicos.
Después de unos segundos de silencio Chuuya finalmente habló.
—Él vivió una buena vida y la entregó por ti.
"Escoge Dazai-kun, tu libertad a cambio de su vida."
"Daré mi vida por Dazai-san."
—Oh, ¿Eso es verdad? ¡Sabes que no es cierto! —La pregunta salió con un evidente sarcasmo, todo acompañado de unas risas del mismo tipo, mientras que su siguiente exclamación denotaba lo enfadado y exaltado que estaba, casi podría jurar que llamas silenciosas salían de sus ojos. —Lo miraste a él, bañado en sangre y flores, ¡Ahora mira mis ojos! Él aún tiene el control, y lo que tenemos es que incluso después de años y lágrimas, todo este tiempo enfrentando sus debilidades y miedos, ¡Akutagawa está muerto! Esta muerto en su historial para que el mundo lo escuche.
Chuuya se congeló en su lugar, esa nueva faceta que veía en su compañero solo lograba pasmarlo más y más, haciéndole sentir de alguna manera pena y asombro. Con cada segundo que pasaba solo veía como Dazai, ese ser que siempre pensó que era un imbécil insensible de tiempo completo, se desmoronaba y solo dejaba ver lo que él calificaría como atisbos de desesperación, furia y unas genuinas ganas de asesinar.
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❝ INTERLUDE IV ཿ Soukoku ❞
Short StoryUn disparo, sangre. Otro disparo, un cuerpo cae. Tres disparos, una vida comienza a desvanecerse Cuatro y cinco, ya no hay vuelta atrás pasa lo que se hizo. El castaño solo podía ver ante sus ojos como aquel chico de tan joven edad caía ante sus pie...