❛❛ 𝐌𝐨𝐧𝐬𝐭𝐞𝐫 ❞ ␥𝘬𝘰𝘰𝘬𝘵𝘢𝘦␥

𝟏

❛❛¿Quién es el monstruo?❞

—No te tengo miedo, monstruo.

Al parecer, ser una bestia maldita no te exentaba de sentir alguna clase de miedo o terror, pero la última vez que percibió esa sensación, apenas era capaz de causar pesadillas.
La voz suave de ese lindo mortal le había tomado por sorpresa.

—¿Sigues ahí? No te tengo miedo, ¿tú me temes?

Pudo reír, soltar una carcajada cínica, pero estaba congelado. ¿Quién lo creería? Ni si quiera el mismo Lucifer lo haría. El temible Jeon JungKook paralizado por un adolescente.

Él estaba aburrido y un tanto desgastado, la escencia de los sustos humanos era casi equivalente a la comida que ellos necesitaban para tener energía, y vaya que JungKook la requería.

Quiso divertirse un rato con el chico, pero ahora los papeles se habían invertido.

—¿No responderás? Me has acompañado durante semanas, ¿no somos como... amigos?

¿Amigos? Repitió en su conciencia.
En su léxico natal no existía tal expresión, quizás debería comenzar a familiarizarse con el vocabulario humano, nunca había hecho falta, pero tal vez sería entretenido.

Ser... Lo que sea que fuese, no le otorgaba omnipotencia, sin embargo, tenía ciertas ventajas sobre la dimensión en la que estaba, solo debía concentrarse unos segundos y tratar de entender los significados de algunas palabras.

Los humanos son tan complicados.

Sin duda, le causaban una curiosidad enorme, más había otros -muchos- aspectos de ellos que le causaban repulsión.

Aunque no era su problema después de todo.

No podía opinar si él era peor.

Increíblemente, se vió atado a su interés por el castaño. Millones y millones de humanos, pero ese tenía algo especial que no poseía ningún otro.
Se mantuvo cerca de él, acechándolo en las sombras de la habitación, pensando que era casi invisible.

Era especial, es lo único que sabía; diferente al resto de mortales.

Quería averiguar de qué se trataba, por qué sintió una atracción tan grande por él que ya ni salía a alimentarse de pobres y acomplejadas almas.

Después de ser atrapado, regresó a su escondite debajo de la cama, creyendo que tal vez, el joven mortal pensaría que esa maligna manifestación fue una alucinación suya.

¡Bam! ¡Bam!

¡Bam! ¡Bam!

No le importó estar equivocado cuando la puerta de esa habitación estaba siendo casi derrumbada por la persona tras ella.

Sintió aún más curiosidad cuando percibió el terror inmenso proveniente de alguien tan valiente como el niño que ahora se escondía junto a él, podía prácticamente oler su miedo y, por primera vez en su existencia, no le benefició en lo absoluto.

—Hazte a un lado.

¿Cómo era posible que a él, un ser grotesco y terrorífico, no le temía? ¿Cómo era posible que un mortal diera más miedo que él?

En cuestión de segundos, su curiosidad se multiplicó.

—¡Muévete! —. Era un tanto irónico describirlo, porque le gritó en un susurro.

Ah, los humanos, tan interesantes.

Vaya forma de dirigirse a un ente sobrenatural, eh.

Pero, pasando a otros temas, ¿qué tenía ese mortal que él no?

Era una jodida bestia; grandes garras, dientes afilados, tenía una forma humanoide y grotesca que causaba pavor, pero él no parecía temerle en lo más mínimo.

Al menos, esa era su forma natural y con la que se mantuvo desde que llegó ahí, cuando gustaba de mezclarse con los mortales, poseía y podía modificar un par de aspectos y ¡puff! Un humano común y corriente, no por nada era uno de los más habilidosos y reconocidos cambia-formas de su universo; se ganó el reconocimiento que tiene, sin embargo, el joven no sabía de la existencia de su apariencia 'agradable', era imposible ya que no se había transformado ni una sola vez.

Era difícil asimilar que, siendo un monstruo, no le temían, pero era aún más complicado aceptar que solo le importaba porque a él en especial, no le causaba terror.

¿Eso debería ser bueno?

La puerta se abrió de par en par y JungKook asomó un poco sus rojizos ojos para ver qué sucedía.

Un humano entró a la habitación, pero no era lindo como el castaño.
Era grande, tosco y, según lo que él consideraba, bastante horrible, incluso más que él. Eso era decir demasiado.

Aprendió los estándares de belleza humanos estando en la Tierra, sabe que existen de gustos a gustos, pero ese sujeto en específico parecía una persona... Mala.

El concepto de lo bueno y lo malo siempre fue complicado, tanto como los humanos, era difícil de entender hasta para él, pero, si el chico tenía miedo de esa persona, ¿qué debía suponer?

Después de tantos siglos vagando en diferentes dimensiones, sembrando terror y desatando caos en donde ponía sus garras, no estaba seguro si su propósito seguía sonando tan interesante en ese preciso momento.