Capítulo I

459 35 2
                                    

Primera Parte


América, Boston 1888


Lucius estaba de muy mal humor, al bajar en la estación de Boston, lo cual, no era de sorprender, después de estar dos días viajando en el tren.

Su amigo el señor Stanley lo esperaba con un vehículo:

––Por fin llegas Lucios.

––No mencione el retraso Stanley.

––¿Qué sucedió?

––Estaba en la concentración indígena y de pronto se armó un alboroto, uno de los jóvenes que estaba estudiando el Libro Sagrado con Graham, lo balearon y debí retrasar mí, viajé.

––Espera, ¿que es eso del Libro Sagrado?

––Es la Biblia, la palabra de Dios.

––Oh, eso que creen los cristianos.

––Sabes que, ahora soy creyente, se lo envié a decir en las dos últimas cartas.

––Conceptué que bromeabas, Lucius.

––No, es la verdad. Recuerda cuando llegué a América y me reuní con usted y su padre, el viejo me dijo: le tengo cariño Lucius, es como un segundo hijo para mí, porque lo cuidé por tanto tiempo. Sabe, no me gusta ver que cada año se vuelve más indiferente y parece más aburrido.

En ese tiempo le reputé diciendo:

—¿Quién dice, que estoy aburrido Albert?

—Es obvio, hijo, estaba observando su rostro, por su llegada no había ni el más pequeño asomo de satisfacción en sus ojos. En ese momento no contesté. Me quedé inmóvil en mi amplio sillón, mirando hacía las llamas.

––¿Y eso qué, amigo?

––Stanley, me di cuenta que era verdad, por eso me marché con Graham a la reservación indígena del norte, con él aprendí el verdadero significado de la vida, y me quedé pensando en obtener la mayor bendición, como dice él, posteriormente lo hice.

––Ya no me tiene que decir más, eso de aceptar a Jesús como su salvador, es una tontería, Graham se parece a mí padre con eso de la religión, soy amigo de él y de usted, pero le suplico Lucius, no me hable de ese tema.

––Muy bien Stanley, no le hablaré del tema, únicamente estoy aprendiendo ahora, por eso no le reputo, mas le pido, que respete mi posición.

––Nos respetaremos mutuamente.

––Muy bien amigo.

––Ahora hablando de otro tema, que es eso de que su padre dejará estipulado que usted se debe enlazar con su prima, la señorita Eleonor, esa mujer es un general.

––Sí, el viejo quería continuar haciéndome la vida imposible después de marcharse de este mundo.

––¿Qué hizo?

––Le escribí a los abogados de mí padre, explicándole que estaba enlazado.

––¿Usted enlazado? ¿Qué dijo el viejo Duque?

––Qué llevara a mí esposa a Inglaterra y que más valía que fuera inglesa.

––Eso lo sacó de apuros.

––Sí, pero no tengo mucho tiempo, él está muy mal de salud y desea que viaje de regreso a Devonshire.

––Eso es un problema amigo.

*Saga Caballeros 3*             Un Caballero Aristócrata.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora