Capítulo II

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Segunda Parte

Cuando el vehículo del Conde se detuvo, frente a la alta rejas de la mansión del Duque, que estaba localizada en Park Lane, Lucius observó con alivio, que aún había luces en las ventanas.

Debido a lo avanzado de la hora, había temido, que todos se hubieran ido a la cama, y que no hubiese quien respondiera a su llamada.

La muchacha observó, que había unos seis lacayos que salieron para recibirlos, asimismo, un mayordomo, y que sus libreas eran más impresionantes, parecían soldados.

La señorita Daniela se había sentido inquieta profundamente, al ver lo riguroso de toda esa bienvenida:

––Bienvenido Milord.

––Gracias señor Carey, permítame informarle que mí Condesa viaja conmigo.

El mayordomo se asombró, pero no por mucho tiempo, de inmediato disimuló al decir:

––¿Su esposa Milord?

––Sí Carey.

El mayordomo volvió hacer una reverencia a la dama y comentó:

––Mis felicitaciones Mi lady y Milord.

––Gracias Carey, ahora deseo que habiliten una recámara para mí esposa.

––Cómo usted desee.

––Señor Carey que tenga acceso a la mí.

La señorita Daniela se ruborizó.

––Sí señor.

La mansión era impresionante, Daniela estaba asombrada cada vez que ingresaba a una estancia.

Esperó un momento a solas, después unas doncellas le llevaron una bandeja con el té y unas galletas, ella se lo agradeció. Poco tiempo después la escoltaron a su recámara se sintió más tranquila, así que suspiró.

Cuatro doncellas, entraron y desataron sus baúles, en un momento, colocaron todas sus pertenencias en el armario. La más joven, se quedó y le expresó:

––Mi Lady su baño está listo.

––Gracias.

Daniela tomó un rico baño y se acostó.

El Conde esa misma noche, fue llevado a los aposentos del Duque:

––Buenas noches padre, creí que descansaba.

––Descansaré cuando muera y me informaron que es verdad que se enlazó.

––Así es padre, con una inglesa.

––Por lo menos.

––Su padre era el señor Draker.

––¿Es familia del conquistador? ––. Preguntó el Duque.

––Sí, su nieta.

––Vaya, por lo menos no trajo a nuestro linaje una vagabunda.

––Eso quería, pero para mí desgracia me enamoré de la señorita Draker.

––Cuanto durará ese amor, dos meses un año, tenía que escucharme y enlazarse con Eleonor, esa es una verdadera dama.

––Sí es tan buena para usted, enlácese con ella.

––Mucho cuidado Lucius.

––La prima Eleonor es una tirana, una general.

––Eso es lo que usted necesitaba para enderezar sus caminos, ser Duque no es un juego, conlleva muchas responsabilidades y usted no ha tenido mucha que digamos.

*Saga Caballeros 3*             Un Caballero Aristócrata.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora