Parte 1 Sin Título

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La risa cantarina de Amber le rozó la oreja mientras que él se preguntaba como podía contenerse para no poseerla allí sobre la arena. Ella, con las piernas cruzadas sobre la espalda de Curtis, no era consciente de la erección que él sentía en aquel momento.

Era la primera vez en su vida que esperaba por una mujer. Al principio había pensado en presionarla, en llevarla a su terreno hasta conseguir que ella creyera que estaba enamorado y , después, hacerle el amor. Pero en ese proceso la había conocido. Sabía que no tenía a nadie en el mundo y ...¡era tan joven!

Solo tenía dieciocho años, en tanto que él era un treinteañero experimentado y conocedor de todos los trucos sexuales para llevar a una mujer a su cama. ¿Cómo iba a engañar a alguien tan dulce, tan sincera, tan inocente? Una cosa es que le gustaran las mujeres y otra ser un auténtico cabrón. Así que había decidido esperar. Y en ese tiempo de espera...sucedió.

Se levantaba por las mañanas pensando en ella, le interesaba saber como estaba, escuchar sus carcajadas era tan adictivo que se había convertido en un improvisador de gracias y gracietas solo para verla reír. Había conseguido incluso que se quitara la barba de tres días y el pendiente del lóbulo de su oreja. Casi lo había transformado en otro hombre. Y sospechaba que el día que fuera realmente suya conseguiría hacer con él lo que quisiera. Lo más gracioso del caso es que eso ni siquiera le importaba. Estaba completamente ansioso por ser domesticado. 

-Amber - dijo descolgándola de su espalda e haciéndola sentar en la arena. - Tengo una propuesta que hacerte.

Ella apartó uno de sus mechones castaños del rostro y se lo colocó detrás de la oreja en uno de esos gestos que Curtis adoraba.

-No me asustes, cielo, no quiero ir a la boda de ningún amigo tuyo.

Una carcajada cosquilleó en la garganta de Curtis. Amber elevó los rosados labios al escucharlo reir.

-Todos mis amigos están casado así que puedes estar tranquila.

Amber parpadeó haciendo una mueca.

-De momento tu no serás el siguiente - dijo con un tono risueño.

-No, de momento, no - le respondió Curtis poniendo sus dedos bajo la barbilla de Amber y elevando el rostro de ella. - Quiero que esta noche conozcas a mis padres.

-¡Oh, no, la cosa va en serio! 

Amber decidió ocultar su rostro entre las manos. Curtis tomó aquellas manos y las besó.

-Vamos, no te asustes- le dijo. - Mis padres son encantadores. Les gustarás mucho.

-¿Cómo puedes estar tan seguro?

-Adorarán a la mujer que ha conseguido que me quite el pendiente, que me afeite y que me levante a horas razonables. No tienes nada de que preocuparte. Ya has ganado la batalla.

Amber se arrojó a sus brazos.

-¿Todo eso he conseguido? 

-Sí - respondió él rozándole los labios.

-¿Y nadie más lo ha conseguido antes? 

-Nadie - dijo Curtis acariciando el rostro suave de la chica. - Solo tú.

-Bueno, entonces me lo voy a pensar - dijo ella dejando que él la besara profundamente.

Ninguno de los dos advirtió que al otro lado de la playa una pareja de edad media los observaba.



Una mariposa en tu espalda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora