Capítulo 0 (Porque el cero debe contar)

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Era de día y Diego apenas podía despertar después de solo haber dormido un par de horas, el temor le tapaba la mente y no pensó bien

-¡¡¡Diego baja a desayunar!!! – le grito su madre.

- Ya voy- grito Diego.

Se puso su ropa para ir al colegio, aunque él sabía que su ropa era innecesaria para el plan que tenía preparado. Tomo el dinero que había juntado por meses, agarro su mochila y su cuaderno.

-Tardas demasiado para ir al colegio, ojalá mañana te levantes temprano.- le replico su madre.

Diego la abrazo fuertemente, tomo su desayuno y antes de irse la volvió a abrazar.

-Volveré tarde- dijo Diego, al salir su mamá le pregunto "¿qué tan tarde?" y el solo le dijo "tarde".

Pero no puedo continuar la historia sin aclarar lo que estaba haciendo Diego. Lo pondré Así...

Diego estaba a punto de realizar un viaje que para el cambiaría su vida, iva a ver a la única persona que evito por años. Su padre.

Ahora él estaba lleno de miedo y un poco de ira, él creía que esa ira y rencor lo motivaría a seguir a pesar de todo.

Él tomo el bus, luego otro bus, seguido de un minibús y por último otro taxi. Ya era de noche cuando llego a ese edificio que solo recordaba de la fiesta de mitad de año.

Al estar delante del viejo edificio, un recuerdo lo estremeció...

-Oye- grito el hombre de camisa azul- Cuando piensas recoger tus malditos papeles. No sabes que son un estorbo cuando vienen mis amigos!!!.

-No serian un estorbo si tú no usaras mi habitación para tus tontas apuestas- Gritaba Diego.

Gritos seguidos de golpes son los recuerdos que el acumulaba, cerrando el puño abriendo lentamente los ojos solo para tomar el valor que necesitaba para entrar a lo que el recordaba de memoria. Habitación 13 después de un viejo cartel de una protesta por las elecciones.

Las preguntas que uno se haría lo enmudecieron. ¿Qué pensaría mi madre? ¿Por qué no puedo dejar ir este odio? En el fondo él conocía las repuestas, aceptar las repuestas era el problema.

Diego no lo pensó más, ya que el tenía la tendencia de pensar las cosas por demás. Al verse al espejo el veía un chico débil, al cual el tiempo le había traído un peso en el pecho. Al cambiar de casa también cambio de amigos de 3 a 2, Jules y Leo, Jules García era la persona a la cual podía recurrir con trabajos prácticos, manualidades ridículas y chistes para cuando se sentía triste por un mal día y Leonardo Medrano era el molestoso amigo que no le fallaba en malos momentos.

Lo que le gustaba a Diego era que ellos no conocían mucho sobre el pero más que saber sobre él era su pasado y lo que dejo atrás hace 2 años; y no era su culpa olvidar tan fácil a sus primeros amigos, bueno, tal vez si ya que él tenía la cualidad de pasar de página muy rápido. Como estará Rodri   pensaba Diego antes de tomar el taxi que le daría un cambio a lo que era normal. Pero como dije, él tiene la cualidad de olvidar y superar; pero... ¿sería suficiente para este viaje?

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A él le gustaban las flores pequeñas... nunca entendí porque y creo que moriré sin saberlo.

Él era el que menos merecía morir a su edad,(pero tal vez es mejor que este muerto) yo lo quería mucho,(tú querías que muriera y lo sabes bien)pero por dios!!... lo quiero vivo y no enterrado bajo tierra. Él está solo y no estaba acostumbrado a la soledad, (tú ganas si él está muerto) no podré hacer esto sin él- rompió en sollozos- lo ame desde que éramos niños, lo amo aunque no esté aquí y lo amare hasta que me vuelva a encontrar con él. – el llanto que ella emanaba era profundo y doloroso, era como pisar un clavo y tener que caminar con el clavo punzando en cada paso creando un dolor que no puedes arreglar hasta dejar de caminar. Pero quieres seguir adelante, quieres llegar al final del camino, a tú casa.

LA BUSQUEDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora