Saber amar es complicado, pero lo más difícil es poder elegir entre lo que dicta el corazón y los pensamientos que más de una vez han vagado en lo profundo de tu mente.
En algún punto de nuestras vidas sin duda alguna nos hemos sentido realmente confundidos e incluso perdidos en este inmenso, pero a la vez tan pequeño universo respecto a los problemas difíciles que vivimos como cualquier ser humano que lleva una vida normal y es por ello que lamentablemente estamos expuestos a aferrarnos fuertemente ante tal tipo de situaciones. La mayor desventaja de todo esto son las imprudentes acciones que llegamos a realizar y son principalmente impulsadas por los estragos originados a causa de lo mal que nos sentimos en el interior.
Lo complicado de todo este rebuscado asunto es que mis problemas comenzaron por amor, pero no del romántico o del que normalmente es relacionado con una pareja; o al menos no en un principio; sino del amor fraternal, aquel dirigido a los hermanos, para ser más precisos a mi única y ahora fallecida hermana Juleka Couffaine.
Desde temprana edad, mi madre siempre recurrió a la música como una manera para expresarnos y transmitir emociones, eso me ayudó a mantenerme firme a lo largo de mi vida llena de diversas melodías. Si bien siempre había vivido una infancia y adolescencia de manera feliz, actualmente era todo lo contrario. Mi actitud calmada y llena de pacifismo cambió drásticamente con casi todo el mundo, excepto con la única persona que ahora iluminaba mi corazón: Marinette Dupain-Cheng, a la que sería incapaz de dañar a causa de mi egocéntrico deseo.
Si en estos momentos me pidieran describir mi presente, lo describiría simple y sencillamente como un coral, duro por fuera y capaz de contaminarse con los deshechos de la gente, pero con la necesidad de pertenecer a un grupo, de obtener el sincero apoyo de alguien.
Caminaba por la Place de la Concorde, escuchaba música con los audífonos puestos, miraba al frente tratando de relajar mis pensamientos que tanto me tenían aturdido en casa, ver a mi madre deprimida me hacía sentir completamente vulnerable, con ganas de correr a sus brazos y esconderme allí como cuando era un pequeño niño, pero a su vez eso me provocaba culpa. Culpa por no obtener esos mágicos objetos que devolverían la vida a Juleka, los miraculous.
Te prometo que algún día la traeré de vuelta, y volverás a ser feliz madre.
¡Es solo cuestión de tiempo y una buena estrategia para poder vencer a Ladybug y a Chat Noir!
ESTÁS LEYENDO
Echoes of everlasting love [mlb fanfic]
Fanfic𝐄𝐜𝐡𝐨𝐞𝐬 𝐎𝐟 𝐄𝐯𝐞𝐫𝐥𝐚𝐬𝐭𝐢𝐧𝐠 𝐋𝐨𝐯𝐞 ┈─ Luka Couffaine, un chico tranquilo, relajado, alegre e incluso apasionado por la música, las palabras correctas para describir su personalidad, o al menos hasta antes de una de las peores tragedi...