ilusión

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Al llegar al lugar en donde viven mis abuelos quede abrumado por la inmensa cantidad de naturaleza, la poca señal y lo lejos que quedaba de la urbanización.

En mi primer día ahí lo único que hice fue quejarme del lugar, maldecir y treparme a los árboles en busca de buena señal.

El segundo día ya resignado intenté disfrutar de la naturaleza, recorrí los alrededores y me interne en el bosque, camine kilometros en busca de algo increíble de ver, el sonido del agua me hizo detenerme y buscar aquel arrolló o río que se escucha, el agua chocar contra las piedras se escucha cada vez más fuerte, me cruce entre espesas ramas, enredaderas y pequeños ganchos, al pasar por el lugar me quedé asombrado, atónito viendo aquella maravilla oculta, un río lo bastante largo y ancho, y lo que me embelezo fue aquel ser, aquella criatura divina sentada en una roca, con su cabello cayendo como una cascada por su cuerpo, con esa belleza atrayente, hipnótica, magnética.

Me quedé observando por largas horas sin moverme de donde estaba, hechizado por su beldad, por su fisonomía única e indiscutiblemente perfecta, aquel cabello negro que brilla con el sol, su piel cremosa ¡Oh la dicha de verla!

Cuando la noche llegó, no pude seguir viéndola, desapareció entre las tinieblas del lugar, me devolví al hogar de mis abuelos sin contarles nada acerca de aquel descubrimiento.

Todos los días iba a verla, me devolvía por las noches y a primera hora ya estaba en aquel lugar con la dicha de contemplar únicamente su hermosura, cada día me acerco un poco más, unos pasos, sólo quería verla de cerca.

¡Oh, hermosa criatura divina de tu dicha es mi innegable admiración y devoción por verte!

Llegó el último día en que estaría en casa de mis abuelos, me desperté muy temprano para poder despedirme de aquella chica misteriosa de belleza mágica, camine hasta el lugar y sentí esa corriente adictiva.

Sin un apiz de conciencia o razonabilidad comencé a caminar más cerca de ella, mi cuerpo se hundió en las cristalinas aguas de aquel dichoso río en donde esta aquella maravilla, ella estaba ahí y sus ojos negros se unieron con los míos como si una chispa explorará me acerqué en donde su cuerpo yacía descansar, en aquella enorme roca, estire mis brazos e intenté tocarla pero como si fuera una mala ilusión desapareció enfrente de mis ojos, me recargue en la roca sin creerlo.

—¡No era real! —Me lamenté con desdicha—. ¡Dónde estas, por qué te escondes! —grité.

Intenté, lo juro que lo intenté pero mis manos parecieron adherirse a la roca, me intenté alejar pero mi cuerpo parecía pegarse más a aquella cosa fangosa, desesperado y horrizado impulsó mi cuerpo hacia atrás pero nada.

¡Oh, extraña criatura, estoy muriendo en este lugar!

Mi cuerpo quedó atrapado entre la roca. El agua fría y la noche hizo que mi piel se arrugara como un papel. Aquellas dos noches de soledad resultó escalofriante y aterradora, aquellas voces en el agua, aquellos cantos.

¡Oh, aquel demonio del agua venía por mí pero no venía sola!

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⏰ Última actualización: Oct 13, 2020 ⏰

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