Mi ancla, Mi cielo.

Parte 1

Habían pasado ya tres meses desde que he terminado la relación con Abraham, fue de lo peor que me puede pasar, lo quiero, más aun así, no estoy dispuesta a seguir pensando en él como siempre… ¿O sí? Se me hace tonto el pensar que él aun me quiere, ¿Quién puede seguir queriendo a alguien después de tres meses si realmente no se encontraba enamorado? Nadie la verdad, nadie no sé porque me encuentro en mi cuarto pensando eso sí, ahora no me voltea a ver, lo veo tan feliz con sus amigas y amigos incluso con su nueva novia… que creo que no tengo el derecho siquiera de pensar en él. Todo ha sido tan trágico para mi, creo que soy una exagerada e histérica con las cosas que me pasan. A veces creo notar su mirada perdida en mí pero al voltear a ver donde se supone que debería ser él está  ocupado hablando con ella. Si soy una celosa sin razón, una obsesionada al querer, a él. Me enamore, y ustedes deberían de saber que cuando uno se enamora no piensa dos veces lo que hace, solo lo hace, actúa por impulso no por planeación.a Todo es tan rosa, por más que quiera hacer que parezca azul; en mi caso es negro, aunque intente hacerlo blanco para ver con claridad no puedo. Cada vez que veo está ancla colgando de mi cuello, siento cristalizarse mis ojos y unos sollozos queriendo escapar, lo evito, pero al ver las nubes en su muñeca de aquel brazalete que le he regalado, es ahí cuando las lágrimas resbalan por mis mejillas sin pedir permiso antes de salir. Sí, estar enamorada de la persona que está enamorada de otra jamás ha sido la mejor opción. Ya que tengo tanto tiempo libre comenzare a pensar cómo fue que lo conocí y cuándo, tal vez el revivirlo me mate solo por unos momentos romperá mi corazón más siempre hay una manera para arreglarlo.