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Las horas pasaron rápidamente, y las clases finalmente llegaron a su fin. Rinni, con una mezcla de ansiedad y miedo en su mirada, se dispuso a esperar el autobús que su padre había pagado. Su profesor, Seiya, la observaba desde la distancia, sintiendo una inquietud creciente que le impulsaba a protegerla. Había notado en sus ojos un reflejo de angustia que no podía ignorar.

Cuando por fin el autobús escolar se detuvo y Rinni subió, Seiya sintió un impulso irrefrenable de seguirla. La carretera se extendía ante él como un camino lleno de incertidumbre. "La niña vive bastante lejos", pensó mientras conducía tras el autobús.

Tras media hora de viaje, el autobús se detuvo frente a un sendero que conducía a una pequeña casa. A pesar de su tamaño modesto, la vivienda parecía acogedora desde lejos. Seiya se detuvo un poco más adelante y se escondió entre los árboles, sintiendo que algo no estaba bien.Rinni bajó del autobús y caminó hacia la puerta de madera desgastada.

Con el corazón latiendo con fuerza, Seiya observó cómo su pequeña alumna golpeaba la puerta. En cuestión de segundos, una mujer apareció en el umbral. Serena era deslumbrante; su cabello largo y brillante caía en suaves ondas sobre sus hombros, y su rostro reflejaba una mezcla de dulzura y tristeza que lo cautivó al instante.


Serena abrazó a Rinni con fuerza y le dio un beso en la frente. Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Rinni.

-Madre -exclamó entre sollozos-, tuve tanto miedo. Por favor, ya no podemos seguir viviendo esta vida. ¡Tengo mucho miedo!Serena la miró con tristeza en sus ojos.

-Lo sé, mi pequeña -respondió con voz suave-. Sé que tienes miedo. Me encantaría que todo esto fuera diferente, pero lamentablemente tengo miedo yo también. Tu padre... él está cambiando y no sé hasta dónde puede llegar su locura.

Rinni se aferró a su madre con más fuerza.

-¿Por qué no podemos irnos? ¿Por qué no podemos ser felices? -preguntó Rinni con desesperación.

Serena suspiró profundamente.

-Porque él tiene control sobre nosotras. Cada vez que intento hacer algo, me amenaza... Y tú eres lo más importante para mí; no quiero que te haga daño.


Seiya sintió cómo su corazón se rompía al ver esa emotiva escena. La conexión entre madre e hija era palpable y desgarradora. Sin embargo, lo que más le impactaba era la belleza de Serena; había algo en ella que lo atraía irresistiblemente, como si fuera un faro en medio de la tormenta.Decidido a ayudarles, salió de su escondite y se acercó lentamente a ellas. Serena dio un pequeño espasmo al notar su presencia inesperada.

-Buenas tardes -dijo Seiya con voz suave-. Me presento: soy el profesor de su pequeña hija.

Serena lo miró con sorpresa y una chispa de esperanza brilló en sus ojos tristes.

-¿Usted...? -preguntó ella, titubeante.

Seiya tomó la delicada mano de Serena con suavidad y le dio un beso en la palma. El gesto provocó un suave estremecimiento en ambos; ella sintió una calidez desconocida en medio del frío temor que la rodeaba.

-Sé que esto puede parecer extraño -continuó Seiya-, pero he estado preocupado por Rinni. He visto las marcas del miedo en su rostro y creo que es hora de que alguien intervenga.

Serena se sintió abrumada por la bondad en sus ojos; había algo reconfortante en su presencia que le daba esperanzas perdidas hace tiempo.

-¿Realmente cree que podemos hacerlo? -preguntó Serena con voz temblorosa.

-Sí -respondió Seiya con firmeza-. No están solas en esto; yo estaré aquí para apoyarlas cada paso del camino.

Rinni miró a su madre y luego a Seiya, sintiendo por primera vez que tal vez había una luz al final del túnel oscuro en el que habían estado atrapadas durante tanto tiempo.

Sedúceme En La Oscuridad (Serena X Seiya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora