CAPÍTULO 2

16 1 1
                                    



― ¿Y qué piensas hacer? preguntó Christal

Bueno, para empezar, debemos conseguir un hogar cerca, comida y quizá un humano para que nos de todos los detallescontesté sonriendo.

― ¿Utilizar al humano será legal? - habló dudosa

No lo creo, pero si tu no lo dices, nadie se enterarále guiñé el ojo y seguí caminando. No queríamos llamar la atención. Llegar a Oxfordshire tardaría un poco. Y esto apenas comenzaba. Suspire. Esperaba que todo valiera la pena. Lo pensé mejor, él lo valía todo.

Tiempo actual

Regresar a clases era un fastidio. Estúpido despertador que no dejaba de sonar ¡ya te oí! Lo único bueno de volver a la universidad era Hannah, ya que, ahora era mi novia. Todo marchaba bien. Habían pasado dos meses desde el inicio de nuestra relación y era momento de regresar a la escuela. No me quejaba, pero ver a Hann menos tiempo por la escuela me hacía odiar estudiar. En fin, no quería llegar tarde así que con toda la pereza del mundo decidí levantarme, aun me sentía somnoliento, pero pude llegar al baño. Como dije, mi posición económica no era la mejor, pero no me quejaba. Mis padres daban lo mejor de si para que mi hermana y yo estudiáramos. Ella era menor que yo por dos años, yo cumplí hace poco 20. El punto de esto era que, a pesar de no vivir con miles de lujos, tenía un baño decente. Mi baño consistía en tener, lo usual de un baño, es decir, el retrete, la regadera y no menos importante, agua caliente. Así que disfrutando del agua caliente empecé mi baño, el cual, por el tiempo, no duro mucho. Lave mis dientes mientras me bañaba, era una manía que no podía quitarme. Salí rápido, me cambie y baje a la cocina.

Mi hermana es mi tesoro más preciado. Llegando a la cocina la vi, era el inicio de su carrera: periodismo; esa era la razón por el cual estaba despierta tan temprano, ella jamás se levantaba temprano. Creo que el odio a levantarse temprano se encontraba en nuestros genes. Se preparaba, por lo que vi, un sándwich de chocolate, solo ella podía comer algo tan dulce a esta hora.

―Buen día, hermanita― le dije y a su vez le daba un beso tronado en su mejilla. Sabía que le molestaban los besos, pero me encantaba hacerla enojar, aunque sabía que no se molestaba conmigo, todo era adrede.

―Buen día hermano mayor, que tal estas hoy

―Joven y guapo como siempre― respondí riendo a lo que ella rodo los ojos.

―Idiota como siempre, querrás decir―contesto cortando las orillas de su sándwich. Decidí hacer mi obra del día y al momento de voltearse para ir al refrigerador, le di una mordida. ¡Vaya que estaba dulce! Creo que la maldad me la hice a mí, no es que supiera asqueroso, era más chocolate que pan. Intenté tragarlo, pero ella me observo, mi cara tenía que ser de asco o parecido porque ella rompió en carcajadas. Lo escupí en el bote de basura.

―Todo te salió mal, hermano mayor― rio suavemente y continúo ―como veras, faltan veinte minutos y si quieres ver a Hann antes de entrar debes correr hermano.

Eso me hizo reaccionar y subí por mi mochila. ―el tiempo corre, mueve tu trasero― grito Rib mientras subía. Si no llegaba antes de la primera hora, no vería a Hann hasta nuestra hora libre, que era tres horas después. Visualice la mochila y regrese a los escalones bajándolos de dos en dos, al llagar al primer piso no vi a mi hermana en la sala, deduje que estaba en la entrada, Salí, y en efecto, ella estaba ahí, mirándome con sus bellos ojos azules, que yo no tenía, y un vestido rosa pálido.

― Aquí estoy, andando― hable mientras cerraba con llave la casa. Nuestros padres salían temprano, mi padre era doctor y mi madre maestra de historia en una preparatoria del centro por lo cual, solo los veíamos en la tarde, y a veces a papa solo en la noche.

CAÍDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora