TGAR-[The Glory After Rebirth] ②

Capítulo 271: El mando de la mitad de las tropas.

Zhou Mingtang había señalado repentinamente con el dedo a Zheng shi. Sumado a esto las circunstancias actuales ya era muy difícil para la gente no pensarlo demasiado.

El rostro de Yuwen Feng estaba lleno de incredulidad. "Madre, ¿jugaste un papel en esto?"

Zheng shi y Yuwen Qi habían estado tan emocionados al ver a los Guardias del Palacio rodear el complejo residencial de la familia Yuwen. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo y los guardias del palacio no habían encontrado nada, el semblante de Zheng shi se puso malhumorado y luego comenzó a alternar entre la alarma e la incredulidad. Fue ella quien personalmente le había dado instrucciones a la niñera Zhong para que plantara esa cosa, así que sabía muy bien dónde estaba. ¿Todos estos guardias del palacio eran inútiles? Esa cosa estaba bien escondida en el almacén. ¡¿Cómo podian no encontrarli?!

Zheng shi no pudo contenerse. Solo después de que Yuwen Tong fuera derribado obtendría lo que le habían prometido. ¿Cómo pudo darse por vencida así? Además, Zhou Mingtang le había hecho una pregunta en este momento, por lo que Zheng shi, sin hacer caso de la mirada en los ojos de Yuwen Feng y de algunos otros, dio un paso adelante y respondió: "Su Alteza, esa cosa está en el almacén de la casa del patio de Yuwen Tong. La niñera Zhong lo vio claramente con sus propios ojos. ¡Los guardias del palacio deben haberlo pasado por alto durante la búsqueda! "

"¡¡MADRE!!" gritó Yuwen Feng, "¿TIENES ALGUNA IDEA DE LO QUE ESTÁS DICIENDO?"

“¿Qué estoy diciendo? Yuwen Tong oculta artículos prohibidos y alberga intenciones traicioneras. ¡No debemos protegerlo, aunque sea tu primo! " Zheng shi hizo una declaración justa y severa.

Se escuchó una fuerte bofetada. ¡Yuwen Zhi se acercó y abofeteó a Zheng shi con fuerza en la cara!

"¡Ah!"

Con un chillido de dolor, Zheng shi cayó al suelo por la bofetada, un hilo de sangre fluyó por la comisura de su boca.

“¿Por qué estás tan avergonzado y enojado, Lord Yuwen? Madame Yuwen dijo eso por nada más que su lealtad a Su Majestad, pero la golpeaste en mi presencia. ¿Quién te dio el permiso? " dijo Zhou Mingtang con frialdad.

“Su Alteza también podría hacer que revisen ese lugar nuevamente y ver cómo va. El sol, la luna, el cielo arriba y la tierra abajo dan testimonio de mi lealtad al Gran Yue, y no temo a la busqueda para que no duden de mí. En cuanto a si la niñera Zhong ha visto artículos prohibidos en mi residencia o no, la verdad se revelará después de la búsqueda ”, observó Yuwen Tong.

"Si. ¡¿Cómo podrían tomarse en serio las palabras de una vieja criada ?! Todas las generaciones de miembros de la familia Yuwen han sido leales. Sugiero que Su Alteza vaya a nuestro salón ancestral y haga un recuento de las tablillas conmemorativas allí, para que pueda tener una idea de cuántos de ellos sacrificaron sus vidas por el Gran Yue y la casa imperial. Hoy, se dejo llevar credulamente de las palabras de una vieja sirvienta e infligio una humillación tan insoportable a la familia Yuwen, que fue tan amargamente decepcionante. Haré que todos en esta ciudad, todos en este país, juzguen quién tiene razón y quién no. ¿Es porque la familia Yuwen no ha hecho lo suficiente y no ha perdido suficientes miembros de la familia que Su Alteza nos está tratando con tanto desprecio?

Yuwen You lanzó reproches indignados a Zhou Mingtang, todos los miembros de la familia Yuwen parecían enojados y agraviados. Las puertas delanteras estaban abiertas de par en par, y aparte de los guardias del palacio que estaban sitiando el recinto, también había numerosos ciudadanos agrupados afuera, que habían escuchado estas palabras tan claramente como lo habían hecho los guardias del palacio.

"¡Creo que el mariscal Yuwen no es ese tipo de persona, alteza!"

"Yo también. Es un acto atroz de brutalidad por parte de los Guardias de Palacio tratar a toda la familia del mariscal Yuwen como prisioneros, romper cosas y saquear su residencia después de escuchar la acusación de una simple sirvienta de la que ni una sola palabra ha sido confirmada.