Prólogo

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Renunciaron a la tierra.Los hombres se fueron de sus casas y sus tiendas. Dejaron las calles desiertas, abandonadas a la destrucción, renunciando a dominar el mundo y a su propio desarrollo por la promesa de algo nuevo y venidero. Y por eso, la Tierra se presenta como unas espléndidas ruinas.

En el horizonte se alza una ciudad con grotesca majestad, y a nuetras espaldas el océano ruge impetuoso. Sobre nosotros, el cielo se retuerce y gira para contemplarnos -un continuo de estrellas y luz-. Se poco de este mundo, pero en mi pecho albergo esperanza. Ésta es nuestra primera oportunidad.

Tal vez la única.
Vida.
Posibilidad.
Elección.

Me enseñaron que existía una única realidad: una realidad dirigida, supervisada y creada por otros. Pero aquí, en los límites de mi pasado, siento las posibilidades fluyendo por mi cuerpo. En este mundo, las hebras de la vida se encuentran libres, espléndidas e incontroladas. El tiempo se desliza a mi alrededor y me envuelve con su protección.

Puede ocurrir cualquier cosa, y noto la vital pulsión de esta certeza en los brazos y en mis doloridas manos. Loricel estaba equivocada respecto a la tierra y lo que representa. Me dijo que estaba muerta, que era una reliquia casi olvidada de otra época, pero este mundo no está condenado.

Está esperándome.

Entre dos mundos -Gennifer Albin (pausada temporalmente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora