"Sentimientos Congelados" (ItaSasu) by ElizabethUchiha

Capitulo 2

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Los preparativos para el décimo sexto cumpleaños del príncipe heredero Itachi, tenían conmocionados todo el palacio real ;la gente iba de acá para allá inmersa en sus queaceres, tener listo todo lo correspondiente para la celebración era lo primordial.

En su recamara el pequeño príncipe despertaba de su sueño con los traviesos rayos del sol golpeando su rostro.

—¡Hoy es el día! —se dijo al abrir los ojos —Hoy podré ver a Itachi, después de tantos años lo veré otra vez —salió de la cama con un salto lanzando las sábanas hacia todos lados. Corrió hasta su closet buscando el atuendo adecuando para por fin ver otra vez, el rostro de su hermano mayor.

Sonrió instintivamente recordando el infantil rostro de su hermano cuando lo vio por última vez a sus nueve años... El ya tenía catorce e Itachi dieciséis, los años habían pasado Itachi debía ser aún más bello que en sus recuerdos. Ansiaba verlo, abrazarlo y besarlo... sentir el calor de sus abrazos, sus caricias . Saltó a la cama preso de un arrebato de felicidad, rodó, brincó y lanzó todo a todos lados... Vería a Itachi... veria a Itachi... Lo repetía miles de veces pero no terminaba de creerse que lo vería.

—Nii-san —susurró arrullando contra su pecho el único recuerdo que tenía de su hermano, aquel collar que le había dado en su último cumpleaños juntos.

—Hoy te veré niisan... verás que tan hermoso es tu hermanito menor.

Sasuke se vistió y alistó con las ropas que estuvo preparando por meses. Colores tan bellos como el azul y el blanco... sus favoritos, recordaba lo feliz que era Itachi cuando le veía jugar entre la nieve... su dulce sonrisa.

¡Ansiaba tanto verle! ¡No podía contener las ganas!

Las sirvientas iban de entrada a su habitación cuando Sasuke totalmente listo salió en dirección al pasillo, esquivo a las confundidas jóvenes que sonrieron y le saludaron al verle pasar.

—Voy a ver a Nii-san... no necesito su ayuda, ya me vestí —les sonrió corriendo emocionado en dirección a la recamara del futuro rey.

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Itachi  terminaba se vestirse mientras miraba en el espejo, la mueca de disgusto que se había vuelto su rostro, con todos esos años sin ver a Sasuke, sin poder controlar sus poderes.

Se veía delgado, pálido ;horribles ojeras de no dormir adornaban sus delicadas facciones... Por años llorar y lamentarse era su único trabajo, sufría y continuaba sufriendo... sus poderes sólo habían crecido en demasía, era un peligro para Sasuke y ¡hoy le veria! No podía evitarlo, era su fiesta de cumpleaños y también su coronación como futuro gobernante.

No sabía que le asustaba más, ver a Sasuke y notar cuanto había cambiado con los años, dejando de ser un niño para volverse un joven de belleza inigualable... El lo veía, a escondidas, miraba hasta el cansancio a su hermanito, contentandose con ese único medio para no desesperarse al no poder tenerlo.. a su lado. O simplemente volverse el rey, regresar a la vista de todos y perder el control que tanto le había costado mantener.

Los nervios le mataban, el miedo le abrumaba... Solo deseaba seguir escondido en su habitación, como el cobarde que era... era lo mejor para todos. Lo mejor para Sasuke, así no correría el riego de salir lastimado.

Unos sonoros golpes a su puerta le obligaron a salir de sus pensamientos. Ansioso caminó hasta la puerta, esperando oír la voz..
aunque ya imaginaba de quien se trataba.

—Nii-san soy yo. Sasuke —comunicó con voz cantarina.

—Sasuke... —susurró bajito disfrutando el nombre en cada sílaba. Sasuke... imaginaba que vendría... así era en cada cumpleaños y así fue casi todos los días hasta que murieron sus padres.

—Vete Sasuke, no saldré de aquí en todo el día —contestó friamente.

El joven suspiró, ser tan duro le dolía, tratar a Sasuke se esa forma cuando quería abrir esas puertas y abrazarle hasta que no hubiera mañana, besar sus pálidas mejillas, acariciar su cabello... disfrutar de su dulce fragancia juvenil.

—Por favor Ita —suplicó insistiendo una vez más —dejame entrar... Te extraño mucho Ita.

Pegó su rostro contra la puerta tratando de sentir el calor se su hermanito, oír su respiración... estar más cerca de él. Le rompía escucharle hablar así... El también le extrañaba, le añoraba cada día, a cada momento... Su Sasuke.

— Lo siento Sasuke, no es no. No saldré —terminó de recargar su cuerpo contra la puerta escondiendo su cabeza entre sus rodillas para donde nadie la veía llorar... llorar a moco tendido.

¿Por qué debía de nacer como un príncipe? ¿Por qué le habían dado un don que no quería..? una maldición para su vida... Así lo consideraba.

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Sasuke miraba la puerta que no se abrió y donde su hermano mayor debía estar con él corazón dolido y los ojos llenos de lágrimas. El pensó que le vería... que por fin Itachi abriría esas puertas y le exigiría saber por qué lo alejó todos esos años... ¿Ya no lo amaba?

Ansiaba tanto hacerles esas preguntas y obtener una respuesta... a quién mentía, con solo volver a verle y abrazarle olvidaría todo tipo de cosas pasadas... Solo necesitaba a Itachi, el pasado quedaría atrás.

Se lavantó del suelo decidido, Sasuke no se daría por vencido tan rápido. Volvería a ver a Itachi, le abrazaría y besaría tantas veces como deseara... aun si para eso debía echar abajo esas puertas.

Limpio sus lágrimas mirando con decisión aquellas puertas que le separaban de su hermano mayor.

—Te volveré a ver Itachi, no descansaré hasta que esas puertas que nos separan caigan frente a mi. Tenlo por seguro.

Grito con firmeza acariciando la madera imaginando a su hermano detrás de ella.

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Itachi no pudo evitar sonreír al escuchar las palabras de su hermanito... Sasuke era ya todo un hombre. Y aunque esa declaración debía causarle temor el sonrió...

—Sasuke yo también quiero verte... por favor —suplicó al cielo —permiteme solo por esta vez no ser un monstruo. Solo Itachi su hermano mayor... Solo eso.

Se levantó acercándose a la puerta para tras un suspiro empujar estas y ver el rostro lloroso de Sasuke mientras tan sorprendido como él, se lanzaba a sus brazos.

—Te extrañe tonto hermanito —le abrazo como tanto había soñado. Por fin tenía el cuerpo de su hermanito entre sus brazos.

—Nii-san yo también.