Unique "You Gotta Go"

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─ Dime una razón para no disparar. ─ Susurró, las manos sujetando firmemente el arma.

Para Park Jimin, el tiempo se detuvo.

No existía gente fuera de su casa que pudiera ser testigo de lo que iba a hacer, no había reloj que midiera los segundos que estaba usando en eso. Solo eran tres personas en la habitación.

Y él estaba apuntando a una.

Jimin lo miró directamente a los ojos, completamente inexpresivo, su rostro no debía de mostrar ninguna expresión que delatara lo que sentía, Min Yoongi frunció el ceño, levantándose con lentitud mientras la mujer que tenía al lado se vestía rápidamente, el cuerpo de ella temblando, el rostro contorsionado con horror junto con lágrimas de miedo queriendo salir de sus ojos; Jimin no se inmutó, el arma ni siquiera se movió. Al dar un vistazo en donde se encontraba, pudo observar e imaginar con claridad todo lo que había pasado, la ropa estaba por el piso, el sujetador en el suelo, las bragas colgando campantes en la esquina de la mesa de noche, los pantalones de Yoongi estaban tirados junto con las sábanas de la cama, su cama.

Parecía una escena del crimen. Y vaya que lo era.

─ Jimin. ─ Susurró Yoongi, la voz se le había quebrado un poco, pero no, Jimin no le dio el beneficio de ver la sonrisa de satisfacción que quería curvarse en sus labios.

Yoongi se acercó lentamente, mirando a Jimin con el rostro pálido, y el semblante lleno de preocupación. La mujer salió corriendo de la habitación, solo con la ropa interior puesta y lo demás en la mano, el cabello desordenado y lleno de sudor, el cuerpo temblando. Jimin la dejó ir, ella no era lo que quería.

─ Veo que... te has divertido bien otra vez, en la noche igual. ─ Dijo Jimin con voz suave su rostro no denotaba emoción, tenía que repetírselo en la mente lo más que podía, no tenía que darle el gusto a Yoongi de tenerle pena, o de ver la debilidad que podía estar sintiendo, ni muchos menos darle a saber que el arma estaba a punto de temblar por culpa de sus manos.

No necesito tu compasión.

Yoongi tomó lentamente su camisa del suelo, colocándosela y cerrándola botón por botón, Jimin lo miró con detenimiento, el cuerpo de su esposo era tan perfecto como siempre, buenos músculos, fuerte, trabajado y todos los adjetivos buenos que pudieran calificar esa obra de dioses que tenía al frente, en otras circunstancias, cuando Jimin se hacía el desentendido y tonto, hubiera saltado sobre él, dándole el gusto de poder tener un poco de sexo, dándole el gusto de continuar con su mentira de follar a su esposo con la adrenalina del engaño en su sistema, pero ahora, con el gatillo del arma entre sus dedos, no había vuelta atrás.

No era la primera vez.

Jimin tenía que admitir que no era la primera vez, Yoongi siempre había tenido ese gusto por tener sexo con personas que no era él, la primera vez había sido con Jeon Jungkook, un buen amigo de la familia, la segunda, con una chica que había conocido en un viaje de negocios, la tercera, la cuarta, la quinta, no podía recordarlo. Sabía de ellos, pero, nunca había sido testigo de alguno, nunca había visto la escena, nunca había escuchado los gemidos de Yoongi ni los de la otra persona que invadía su cama. Ni presenciar la forma en la que su esposo lo miraba, con esos ojos suplicando el perdón.

No hay nada que puedas decir o hacer por mí,
y no quiero un milagro.

Jimin nunca había sido testigo de la escena del crimen. Yoongi no sabía que Jimin sabía tampoco, siempre se había preocupado de mostrar esa cara de buen esposo cooperador, un esposo digno de presumir, un bonito adorno en las cenas de negocios. El esposo de Min Yoongi, "La joya del imperio Min"

Strong Enough |YOONMIN| one-shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora