Omega Sustituto [Omegaverse] ~Joerick [Adaptación]

Capitulo 9

-¿Por qué demonios todavía estoy considerando esto? -Erick murmuró.

El consejo de Chris había sido sacarse de ese lío antes de que empeorara. Erick ignoró la sabiduría de su mejor amigo hasta que fue demasiado tarde.

-La solución está clara, ¿no? -Erick susurró a la habitación vacía.

Aunque no era una persona muy escéptica, a veces se preguntaba si el fantasma de Yoandri se quedaría en las paredes de esta casa.

¿Qué pensaría Yoandri si estuviera vivo?

-Pero está muerto -murmuró Erick.

¿Qué de bueno tienen los muertos para los vivos? ¿Yoandri sabría que es lo que estaba pasando con Joel? Espera, él no debería culpar a la víctima.

Erick se dejó caer sin ceremonias en la cama, ignorando el crujiente marco de metal.

Preocuparse incesantemente no era saludable para el bebé. Hacer lo correcto significaba sin embargo, dejar a Joel por su cuenta.

¿Podría el Alfa finalmente poder pararse él solo?

¿Podría Erick, después de haberse acostumbrado tanto a la dicha doméstica?

El accidente de la habitación de el Alfa lo puso tenso. Fue seguido por un gruñido frustrado. Una o dos veces, un vecino llamó a la policía, pero Erick siempre logró calmar la situación. Otra explosión sonó, haciendo que se estremeciera. El Omega esperaba más choques de muebles. Joel generalmente sacaba su frustración con la madera y el plástico hasta que no quedaba nada más que destruir.

A la mañana siguiente, Erick echaba un vistazo a su habitación, veía el desorden y lo anotaba como daño. Tuvieron que hacer una parada rápida en el Ikea más cercano otra vez. Comprarlas cosas más baratas. Tal vez habría un nuevo armario a la venta, uno que no tuviera cristal.

El cristal hacía un lío y el Omega estaba cansado de vendar los puños del Alfa. Sobre todo porque Joel tenía suficientes cicatrices en sus nudillos. El Alfa sanaba lo suficientemente rápido, así que eso significaba que Joel había estado haciendo esto demasiadas veces.

La culpa se estrelló contra el Omega un segundo después. Joel no se lo merecía, pero Erick siempre estaba allí para resolver el problema. Nada de la habitación de el Alfa después de eso, así que Erick apretó su oreja contra la pared, con el corazón latiéndole con fuerza.

Un extraño ruido vino del otro lado. Ahogando sollozos. Erick tardó un segundo en darse cuenta de que Joel estaba llorando. Todos los músculos de su cuerpo se congelaron. El gran Alfa nunca derramó lágrimas, incluso en el funeral de Yoandri.

Todo este tiempo... ¿Joel había estado conteniendo su dolor, sin dejarlo mostrarlo?

A menudo, el Omega necesitaba un par de minutos para ponerse de pie. Sin embargo, por una vez, se levantó sin esfuerzo, bueno, no tanto. Sus pies tocaron la suave alfombra. Erick salió de la habitación. Esa fue probablemente otra mala idea después de que salió corriendo durante la cena, pero no podía dejar a Joel solo.

Erick giró la perilla de su habitación. Las bisagras crujieron. Sin reacción. Joel debía estar realmente distraído, demasiado sumido en su profundo dolor, pensando que nadie más podría verlo. El Omega vaciló al lado de la puerta de Joel. Los horribles sonidos llegaron de nuevo. El Alfa no era ruidoso. El Alfa probablemente pensaba que los hombres de verdad no lloraban o alguna estupidez así.