El Alfa Exiliado Y El Omega Defectuoso. [Tododeku Omegaverse]

Capítulo 3.

Por fin la primavera había llegado, y con ello comenzaba a irse la nieve lentamente, dejando ver los diversos colores que poseía el bosque del sur. Lugar donde se encontraba viviendo el clan de hombres lobo del viento, liderada por el Alfa Yagi Toshinori, quién luego de unos años de haberse convertido en el Alfa, se casó con su ahora adorada esposa Inko. Una Omega de baja estatura y pelo verde, muy amable y buena con todos, y quién después de un año de casados, dio a luz a su único hijo Izuku. Una joven Omega sonriente, de piel blanca y cabellera verde y alborotada, con cuatro pecas en cada mejilla, y sobre ellas, dos grandes ojos color esmeralda.

Omega que actualmente y siendo en la primera mañana de primavera, se encontraba caminando en soledad, hacia el río que representaba los límites del territorio de su aldea, con la aldea del norte de Enji Todoroki. Mientras avanzaba tranquilamente, Izuku sentía que comenzaba a relajarse, y que los malos pensamientos en su cabeza se calmaban. Y eso se debía a los sonidos que provenían de su alrededor, como el cantar de las aves, el sonido de la brisa entre los imponentes árboles, y por último el correr del agua del río. A pocos pasos de llegar a su destino, el peliverde detiene su caminar y respira hondo ya más relajado. Luego retoma su marcha, viendo con una pequeña sonrisa todo el lugar. Ya en la orilla se inclina, y con sus manos recoge un poco de agua y después la bebe. Luego al ponerse de pie, alza la vista, topándose con la figura de un gran lobo de dos colores. Sin darse cuenta se queda observándolo por unos segundos, maravillado al ver lo extraño que era su pelaje. Y pensando también en si el contrario, que se encontraba del otro lado, se había percatado de su presencia. Pero de inmediato el peliverde deja esos pensamientos de lado, al ver como el lobo bicolor cae rápidamente en la orilla. Sin pensarlo mucho decide cruzar para ayudarlo, así es que después de quitarse los zapatos, enrolla su pantalón dejándolo por sobre las rodillas. Ya una vez listo se mete al ancho río, y aunque el agua estaba muy fría, no retrocede ni un paso y continúa caminando muy decidido. Minutos después, ya se encontraba del otro lado acomodándose la ropa nuevamente, al terminar mira al gran lobo que parecía estar inconsciente. Nervioso suspira para tranquilizarse un poco, y después comienza a caminar hacia él con cautela. Al llegar, Izuku lo observa mejor percatándose de que tenía algunas heridas, posiblemente por alguna pelea reciente. Rápidamente y sin pensarlo dos veces, rasga las mangas de su camiseta, y después de mojarlas un poco en el río, regresa y con cuidado limpia las heridas del lobo bicolor. Al terminar suspira y vuelve a mirarlo, y pensando en que tal vez este desee tomar agua luego de despertarse, va al bosque en busca de alguna cosa que le permita dejarle un poco junto a él. Para su suerte, no pasa mucho tiempo hasta que encuentra lo que parecía ser la mitad de un mediano y ancho tronco. Y con ayuda de un pequeño cuchillo que portaba para defensa propia o emergencias, Izuku logra darle un poco de forma de cuenco. Feliz por su logro, regresa y después de ir por un poco de agua, vuelve junto al lobo y con cuidado y levantando un poco su labio superior con una mano, vierte un poco de agua en su boca. Luego de no ver mucha reacción por parte del contrario, el peliverde deja el cuenco cerca de él y se aleja unos pasos, y se sienta esperando que el Alfa pronto despierte.

Al cabo de al menos dos horas, Izuku se encontraba perdido en sus pensamientos. Pero esta vez, divagando sobre su acompañante dormido, formulando e imaginando quién podría ser, y las razones por las cuales se podría encontrar herido y al parecer huyendo. Hasta ahora solo sabía que era un "él" y que era un Alfa de sangre pura, y eso lo sabía gracias a que su padre Toshinori también lo era, y porque un Alfa común no tenía ese tamaño. Luego de pasados otros minutos, Izuku sale de sus pensamientos luego de oír extraños quejidos, al alzar la vista ve al lobo bicolor removerse un poco en su lugar, como si estuviera teniendo un mal sueño. De nuevo y sin pensarlo mucho, se acerca y comienza a hablarle, esperando así tranquilizarlo un poco. Sin esperárselo el joven Alfa despierta de pronto y se levanta rápidamente, gruñendo y asustándolo, haciendo que cayera hacia atrás.