Adrien actúa Raro.

Adrien está actuando extraño.

La mañana era lluviosa en París, el colegio Françoin Dupoin, abría sus puertas a cada alumno que ingresaba directamente a conversar con sus amigos antes de clase.

Una en específico, charlaba alegremente con sus amigas, ilusionada con la llegada de su enamorado.

- Marinette si sigues viendo la entrada pensaran que quieres escapar de clases -bromeo Alix, mientras Juleka y Alya reían.

- ¡Que!, ¿Soy tan obvia? -pregunto, apenada.

Ya se imaginaba a Chloe llegando para burlarse de ella como siempre.

- siempre lo eres, enrealidad -comento bromista la gótica, las demás rieron.

La cara de Marinette era un sin fin de capas y capas de tonos rojos y rosas. Se decidió a reír con ellas, porque a pesar de que era vergonzoso ser tan obvia, agradecía que ellas apoyaran su amor.

Eran grandes amigas.

- ya hablando enserio, amiga -comento Alya- ¿Vas a darle el obsequio a Adrien como confesión del día de San Valentín? -pregunto, dudando de si su amiga se atrevería.

Marinette se encorvo, sintiendo cierta avercion a la idea. ¿Y si no le gustaba?, ¿Y si su padre se enteraba y decía que dañaba su estricta dieta?, Seguro la vería con terribles ojos por perjudicar la salud de su hijo, haciendo que nunca le diera permiso de casarse con el.

¡Porque el mundo es taaan cruel!

- genial, ahora está fantaseando con cagar la -hablo la más bajita.

- si sigue así, dudo que pueda acercar se a Adrien -comento la gótica con razocinio.

- ¡Mariii, nena vuelve a la tierra! - zarandeo la árabe a su amiga, que seguía en shock por la imagen en su cabeza- estás siendo negativa de nuevo.

Marinette se repuso, mientras arreglaba su chaqueta que se había descolocado un poco.
Negó aún avergonzada y las tres chicas frente a ella, la vieron incrédula.

- ¡Arrg... Es que no es tan fácil! -excuso, espantada- ¿Y si no le gustó?, ¿Y si me sigue viendo como una amiga?, O ¿Que tal si no le gustan los chocolates? O que...

- oye, oye, oye nena, calma -acalló su amiga, viendo su desesperación- te estás preocupando por nada, Marinette, por favor...

- Alya tiene razón, deberías mantener lo sencillo y solo decirlo -escupió con obviedad Alix.

- yo digo lo mismo.

- ¿Vez? -dijo Alya, Marinette no parecía convencida- mira, si no lo intentas al menos una vez de verdad no lo lograrás -razonó, Marinette la vio dudosa-, Mari, eres hermosa, inteligente, amable y gentil, si Adrien no valora eso no creo que sea para ti.

Sus ojos se aguaron pensando en lo lindo que sonaba, y en lo triste e inevitable que era la posibilidad de que Adrien no le correspondiera.

- además, siempre te vamos a apoyar -hablo la de ojos carmín, con una sonrisa casi imperceptible, pero apreciable.

- oh... Chicas son increíbles - abrazo Marinette sin poderse contener a juleka, está le correspondió- dime juleka, si sabes mucho de esto ¿Como te le confesas te a Rosita?

- si, tiene razón Mari -apoyo Alix, sonriendo ladina- nunca me contaste como fue.

La gótica sintió su cara arder, se arrepintió de no estar con su novia, ella podía contar mil y un veces esa linda e inolvidable escena, pero ella no, se sentía muy apenada por cómo sucedieron las cosas.

- ah... Estábamos hablando de Marinette -corto, tratando de no mirar las sonrisas pícaras de la peli fucsia y la azabache.

-no cambies el tema -se quejó Alix, viéndola picara- no olvides los detalles jugosos -advirtió, moviendo las cejas divertida.