Adam

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Al día siguiente debíamos entregar juntos el trabajo, el profesor menciono nuestros nombres y nos paramos uno al lado del otro, ella olía a flores y nuestras manos rozaron accidentalmente cuando le entregamos las hojas al profesor, sentí algo, fue extraño, jamas había sentido algo así, en fin, creo que eso sucede cuando tocas un feo.

Sacamos un excelente,  JA¡¡ no me sorprende.

Cuando terminaron las clases la espere en el patio, quería felicitarla por la excelente nota. Estuve un buen rato esperándola pero no apareció, la anduve buscando por todo el colegio, al fin la encontré, estaba en el jardín, en una de las bancas con su cuaderno y estaba llorando. Pensé mucho si me acercaba o no.

Me acerque y le dije:

Te he estado buscando

-ella no respondió, solo se secaba las lágrimas.-

Que te sucede??

No es nada, que es lo que quieres?

-Su voz denotaba tristeza e indiferencia.-

Nada -conteste- solamente quería saber si tu te habías quedado con mis hojas.

No, no las tengo, ahora vete -respondió molesta-

Y me aleje, pero por alguna razón me sentía abrumado.

El cuaderno de AbrilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora