Capitulo 2

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LOS PERSONAJES SON DE NAOKO TAKEUCHI, Y ES UNA ADAPTACIÓN SIN FINES DE LUCRO Y SIN OFENDER A NADIE ES SOLO POR DIVERSIÓN.

Capítulo 2

Cuando Mina terminó de mostrar a Serena los trajes, abrió las dos cajas de sombreros que llevara consigo. En cuanto miró su contenido, Serena no pudo evitar reírse.

— ¡No hay duda de que me veré vieja con esos sombreros!

—Es justo lo que deseamos.

Los sombreros eran muy costosos, adornados y bonitos, pero sólo adecuados para mujeres maduras.

Tenían plumas, velos y justo lo que Serena pensó que debería usar cualquier dama de compañía importante.

Había también un estuche de piel en el que Mina dijo que su tía solía llevar sus joyas y maquillaje.

Serena levantó la ceja al oírlo, pero Mina dijo:

—Por supuesto que tendrás que maquillarte. Las mujeres maduras siempre lo hacen, aun cuando está prohibido para las jovencitas y es otro de los privilegios de las casadas.

Serena se rió.

—Me alegro de que tengan alguno. Tú lo haces parecer como carente de todo encanto.

—Todo depende de con quién estés casada —respondió Mina. Para evitar que empezara a hablar del conde, lo que para Serena era vergonzoso, abrió el estuche de piel.

Contenía algunas botellas con tapas doradas.

También pomos con cremas para el rostro.

—Si tengo que usar todo esto —indicó— no tendré tiempo para nada más.

—Te acostumbrarás —respondió Mina—, y puedo asegurarte que mi tía siempre se veía muy elegante y mucho más joven de lo que realmente era.

Serena sacó una a una las botellas y leyó lo que contenían.

Entonces vio una botella muy diferente al final de la fila.

Parecía provenir de alguna droguería.

Leyó la etiqueta, que decía: "Láudano".

—Así que tu tía lo tomaba para dormir —exclamó.

—Eso supongo —respondió en forma casual Mina—. Por mi parte, duermo como un tronco en cuanto pongo la cabeza en la almohada.

—Yo también —indicó Serena.

Sin embargo, no era del todo verdad.

A menos que hubiera cabalgado todo el día, no se acostaba realmente cansada.

Sabía que si hubiera estado en Londres como Mina, asistiría a fiestas donde se bailaba hasta la madrugada.

Entonces, sin duda, dormiría como dijera Mina.

Hizo a un lado la botella de láudano.

Esperaba, por mucho insomnio que sufriera, no tener jamás que tomar ese somnífero que su madre consideraba peligroso.

—Ahora, lo que tienes que añadir a este estuche, que tú o la doncella llevarán, son tus joyas.

Serena titubeó.

—Supongo que deseas que lleve las de mi madre, pero no puedo pedirle permiso a papá.

—Estoy segura de que tu madre pensaría que lo haces por una buena causa —respondió Mina—, que soy yo.

Serena se rió.

—Será mejor que bajes conmigo a la caja de seguridad y elijas lo que consideres más apropiado.

Atrapado Por El Amor *Terminado*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora